Tokio, 7 abr (EFE).- La junta de política monetaria del Banco de Japón (BOJ) comenzó hoy su reunión mensual de dos días con el objetivo de mantener su agresiva política de estímulo y de comenzar a analizar el impacto económico de la reciente subida del impuesto sobre el consumo.
Se espera que los nueve miembros de la junta mantengan también intacta su perspectiva sobre la economía nipona, la cual se "recupera moderadamente" según han reflejado en anteriores informes.
También se prevé que empiecen a analizar los efectos de la subida del IVA -que pasó del 5 al 8 por ciento el pasado 1 de abril- sobre el consumo, un componente que supone el 60 por ciento de la economía doméstica.
El BOJ ya ha previsto que el desembolso de los hogares caerá a partir de este mes y que el gasto en bienes no perecederos disminuirá hasta junio.
La reunión de la entidad emisora llega una semana después de que su informe trimestral de coyuntura económica mostrara que el sector privado augura un deterioro de la confianza empresarial de aquí a junio debido al previsible retroceso de la demanda.
La institución seguirá de cerca esta evolución, ya que la profundidad del impacto será clave para el rumbo de la economía y el plan de reforma abanderado por el primer ministro Shinzo Abe.
Una de los pilares de dicho programa es la política de flexibilización agresiva activada hace poco más de un año por el BoJ y basada en la compra de activos de mayor riesgo y deuda pública de cara a duplicar la base monetaria y terminar para 2015 con el ciclo deflacionario que ha golpeado al país durante casi dos décadas.
En función del impacto de la subida impositiva, muchos analistas creen que el BoJ podría optar por activar estímulos adicionales este verano.