Lisboa, 26 mar (EFE).- El Banco de Portugal mejoró hoy las previsiones económicas lusas para este año, en línea con las estimaciones del Gobierno, y calcula que el país cerró 2013 con una recesión del 1,3 %.
Según Boletín de Primavera divulgado hoy, el Producto Interior Bruto (PIB) luso crecerá este año un 1,2 % en lugar de un 0,8 % previsto en diciembre.
Para 2013, el organismo luso calcula que la economía portuguesa se contrajo un 1,3 %, frente al 1,4 % proyectado en la anterior estadística.
El crecimiento se mantendrá en 2015 y 2016 con una mejora del 1,4 % y del 1,7 %, respectivamente, en los que el aumento de la demanda interna y de las exportaciones se estabilizará.
El banco central proyecta una "recuperación gradual" de la actividad a largo plazo y un "ritmo de crecimiento" que se acercará al de la zona euro.
A esta mejora contribuyen el aumento de la demanda interna registrada a partir del segundo trimestre del año pasado y la interrupción de la caída de la actividad económica y del desempleo.
Sin embargo, el organismo señala que, a pesar de un "aumento gradual" de la tasa de crecimiento, la economía portuguesa se mantendrá "aún por debajo" del nivel de 2008, antes de que comenzara la crisis financiera.
La institución mejora el crecimiento de la demanda interna para este año respecto a la anterior proyección, de un 0,1 a un 1,2 %, y rebajó la estimación del aumento de las exportaciones, de un 5,9 a un 5,5 %.
La recuperación de la demanda interna, que en 2013 registró una caída del 2,6 %, se deberá sobre todo al aumento del consumo y la inversión privados.
Las exportaciones comportarán un peso relativo cada vez mayor sobre el PIB portugués hasta llegar a ser del 45 % en 2016 frente al 32 % que representaban antes del inicio de la crisis en 2008.
En el sector público, la actividad seguirá a la baja "condicionada por el proceso de consolidación presupuestaria, aunque a un ritmo progresivamente menor", afirma la institución.
La grave crisis económica ha mantenido a Portugal en tres ejercicios consecutivos de recesión, coincidentes con el trienio de ajustes y reformas a los que se comprometió el Ejecutivo luso para acceder a un préstamo de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y evitar la bancarrota en 2011.
El próximo 17 de mayo, el Gobierno portugués tiene previsto dejar de recibir los últimos fondos de esos 78.000 millones de euros en ayuda externa y volver a financiarse de manera autónoma a partir de junio.
El gabinete del primer ministro, el conservador Pedro Passos Coelho, debe todavía decidir si ese regreso al mercado secundario será apoyado por una ayuda de los socios europeos para conseguir una tasas de interés moderadas.