Por Balazs Koranyi
FRÁNCFORT (Reuters) - Los encargados de la política monetaria del Banco Central Europeo dijeron en su reunión de julio que podría ser necesario un paquete de medidas para impulsar la economía de la zona euro después de que una serie de indicadores recientes describieran un panorama aún más sombrío, según mostraron el jueves las actas de su encuentro.
Después de meses de continua desaceleración del crecimiento y la inflación, el presidente del BCE, Mario Draghi, prometió más estímulos para septiembre. El flujo sostenido de datos débiles conocidos desde la reunión reforzó los argumentos para las medidas de apoyo.
Las actas de la reunión del 25 de julio mostraron que las opciones del BCE incluyen una combinación de recortes de tipos de interés, compras de activos y cambios en la orientación sobre los tipos. La entidad también podría ofrecer más apoyo al sector bancario, con un alivio parcial de los tipos negativas del BCE.
"Se expresó la opinión de que las diversas opciones debían verse como un paquete, es decir, una combinación de instrumentos con importantes complementariedades y sinergias", dijo el BCE.
"La experiencia ha demostrado que un paquete, como la combinación de recortes de tipos y compras de activos, fue más efectivo que una secuencia de acciones selectivas", agregó.
Un tipo de depósito de varios niveles podría ser una de las medidas más controvertidas que se están estudiando. Las actas indicaron amplias diferencias entre las autoridades y algunos advirtieron sobre las consecuencias no deseadas de un giro así en su política.
Los mercados esperan ahora al menos un recorte de los tipos de 10 puntos básicos y la puesta en marcha de compras de activos en septiembre. Incluso ven una posibilidad de que las novedades sobre el tipo de depósito no sean decididas en el próximo encuentro.
Las autoridades monetarias también se mostraron divididas sobre si redefinían el objetivo de política del BCE de una tasa de inflación un poco inferior al 2%.
Draghi dijo en la conferencia de prensa posterior a la reunión que se evaluó la posibilidad de extenderla a ambos lados del 2%, y que no habría un límite a ese nivel.
No obstante, algunos de sus colegas parecieron discrepar, argumentando que cualquier discusión sobre simetría debería ir unida a una revisión del objetivo de tasa de inflación o ser parte, incluso, de una discusión más amplia sobre la estrategia de política del BCE.
Draghi entregará el timón de la institución a Christine Lagarde a fines de octubre, así que le quedan apenas dos reuniones de política para introducir los cambios. Dejará su cargo el mismo día en que Reino Unido tiene previsto abandonar la Unión Europea.
Las autoridades que participaron en el encuentro de julio expresaron también su preocupación por los datos entrantes que apuntaban a un nuevo recorte de las previsiones del BCE, en un momento en que los problemas al exterior de la zona euro amenazan con contagiarse a la economía del bloque.
No obstante, también destacaron que la fuente de problemas es externa, siendo los principales riesgos la guerra comercial global, el Brexit y la desaceleración en China.
(Editado en español por Janisse Huambachano y Carlos Serrano)