Por Balazs Koranyi y Francesco Canepa
FRÁNCFORT (Reuters) - El Banco Central Europeo reducirá las previsiones de crecimiento el jueves y probablemente ofrezca la señal más fuerte por el momento de que hay en camino nuevos estímulos en forma de más créditos baratos, con la esperanza de impedir que una inesperada ralentización se convierta en una recesión.
Con una guerra comercial global y la incertidumbre del Brexit sobre la economía de la zona euro, la confianza empresarial se ha debilitado, elevando el riesgo de que los temores a una recesión se hagan realidad y se extiendan desde Alemania e Italia al resto del bloque.
Eso deja al BCE con el papel ya familiar de tener que apuntalar el sentimiento y el presidente de la entidad, Mario Draghi, cumplirá, pero con pequeños pasos inicialmente.
Este movimiento se interpretaría como una reversión de la política monetaria. El BCE terminó en diciembre su mayor estímulo a la economía conocido hasta la fecha, y ha apuntado a una subida de tipos para este año.
Pero otros bancos centrales en todo el mundo están reculando. La Reserva Federal estadounidense ha apuntado a una pausa en las subidas de tipos y dijo que dejará de reducir su balance -- una bendición para los inversores de bolsa.
La primera paso del BCE será ofrecer a los bancos liquidez para mantener el flujo del crédito al sector empresarial. Después retrasaría la subida de tipos, que el mercado no espera hasta bien avanzado 2020.
La primera de estas medidas probablemente llegará el jueves, incluso aunque no se anuncien todos los detalles. No se espera un cambio en la guía sobre tipos de interés porque se espera que el BCE dosifique sus pasos para lograr el máximo impacto.
La decisión del banco sobre tipos se espera a las 1245 GMT, seguida de una conferencia de prensa de Draghi a las 1330 GMT.
El problema es que, con la producción industrial y las exportaciones menguando, los bancos comerciales ya parecen estar limitando el crédito, lo que amenaza con reforzar la ralentización.
Los TLTRO, esencialmente préstamos baratos a varios años para los bancos, podrían apuntalar el crédito bancario, y lo que es más importante, ayudar a que los bancos repaguen créditos anteriores.
El BCE teme que si los bancos comienzan a repagar estos préstamos, que vencerán el próximo año, su balance se reduzca rápidamente, lo que endurecería la política monetaria automáticamente justo cuando la economía necesita un apoyo extra.
Gran parte de la ralentización tiene origen externo y escapa al control del BCE, que también tiene un arsenal limitado dados los años previos de estímulos y con unos tipos aún hundidos en terreno negativo.
Pero por el momento el banco central ha mantenido su discurso de que el menor crecimiento es temporal y muchos de sus causantes no existirán después de la primavera.
De hecho, algunos indicadores recientes parecen mostrar señales de estabilización, apoyando la tesis del BCE.
El BCE publicará las previsiones trimestrales de su personal el jueves. Se espera un crecimiento que se ralentice hasta el 1,3 por ciento este año desde el 1,8 por ciento de hace un año, según un sondeo de analistas elaborado por Reuters, con un rebote sólo percibido para el próximo año.
La inflación se espera por debajo del objetivo del BCE de casi el 2 por ciento para los próximos años, lo que sugiere que el banco seguirá incumpliendo su objetivo bien entrada la próxima década.
(Editado por Catherine Evans. Traducido por Rodrigo de Miguel en la Redacción de Madrid)