Fráncfort (Alemania), 14 nov (.).- El Banco Central Europeo (BCE) recortó por unanimidad los tipos de interés debido a los pocos riesgos que había asociados a hacerlo y pese a que algunos miembros se mostraron inicialmente en contra, aunque finalmente votaron a favor, según indicó hoy el organismo.
El BCE publicó este jueves las actas de su reunión de política monetaria del pasado 11 y 12 de octubre, en la que recortó la facilidad de depósito -que es su tipo de interés de referencia- en un cuarto de punto, hasta el 3,25 %, tras la propuesta de su economista jefe, Philip Lane.
Todos los miembros del Consejo de Gobierno apoyaron bajar los tipos por tercera vez en 2024, aunque algunos se mostraran inicialmente en contra, ya que preferían acumular más información y esperar a tener las nuevas proyecciones macroeconómicas de diciembre.
En general, el BCE consideró que se trataba "de una decisión basada en los datos" y justificada por una amplia gama de indicadores.
Además, los banqueros centrales creyeron que era importante que la política monetaria cumpliera con su objetivo primordial de la estabilidad de precios "sin perjudicar a la economía real más de lo necesario", tras "las recientes sorpresas a la baja de los indicadores de actividad".
En este contexto, argumentaron que había poco riesgo asociado con el recorte de tipos, ya que éstos se mantendrían en territorio restrictivo, mientras que el peligro asociado a esperar y actuar tarde era mayor.
"Si la desaceleración señalada por los indicadores de actividad económica y la sorpresa a la baja de la inflación resultaban ser temporales, una decisión de recortar los tipos ahora podría, a posteriori, resultar simplemente como haber adelantado un recorte de diciembre", recogieron las actas del BCE.
Por contra, las autoridades monetarias consideraron que, si los datos recientes señalaban una debilidad más persistente que confirmaba un proceso desinflacionista más fuerte, el recorte se justificaría "como un ajuste oportuno de la política a unas condiciones macroeconómicas cambiantes".
Sin un compromiso concreto
De cara al futuro, los miembros, que se reunirán de nuevo el próximo 11 y 12 de diciembre en Fráncfort, reiteraron que mantendrían los tipos lo suficientemente restrictivos durante el tiempo que fuera necesario para lograr que la inflación volviera a su objetivo del 2 %.
Asimismo, seguirían aplicando un enfoque dependiente de los datos y reunión a reunión, sin un compromiso previo con el fin de tener libertad para responder según fuera necesario.
"Además, se argumentó que cuanto más cerca estuvieran los tipos del territorio neutral, más cauteloso habría que ser para que la política monetaria no se convierta por sí misma en un factor que ralentizara el ritmo de desinflación", concluyeron.
Una inflación bien encaminada
El BCE recortó los tipos después de que los datos mostraran que el proceso desinflacionario "estaba bien encaminado" y los riesgos de una inflación al alza eran algo menores, mientras que a la baja eran mayores y se veían afectados por las condiciones económicas moderadas.
"En consecuencia, la inflación probablemente alcanzaría ahora el objetivo del 2% algo antes. Así, en 2025 podría ser inferior a lo previsto", aseguraron.
Con respecto a la inflación interna, seguía viéndose afectada por la persistencia de los altos precios de los servicios, aunque recientemente se habían observado "algunas señales positivas que podrían indicar que lo peor ya había pasado".
En el caso de la transmisión de la política monetaria, los miembros coincidieron en que, en general, las condiciones restrictivas del pasado seguían afectando la actividad económica, "aunque ya empezaban a verse algunas señales de relajación, a medida que se retiraban las restricciones de forma progresiva".