Rafael Cañas
Pekín, 19 ene (EFE).- El crecimiento del producto interior bruto (PIB) de China continuó su ralentización en 2015 hasta quedar en un 6,9 %, su menor aumento en 25 años, dentro del progresivo debilitamiento del país, aunque se mantuvo dentro de las previsiones oficiales.
Las cifras divulgadas hoy por la Oficina Nacional de Estadísticas confirman el gradual enfriamiento de la economía, que creció a un ritmo anualizado del 6,8 % en el cuarto trimestre del año pasado (tras un 7 % en los dos primeros y un 6,9 % en el tercero) y anticipan nuevas medidas monetarias de reactivación.
El dato final del 6,9 % supone el incremento anual del PIB más bajo en los últimos 25 años, pero corresponde con las previsiones del Gobierno chino, que se había fijado el objetivo de un aumento de "alrededor del 7 %" para el pasado ejercicio.
Además, el aumento del 6,8 % en el cuarto trimestre de 2015 es el menor en un período trimestral desde que estalló la crisis financiera mundial de 2008.
El PIB chino totalizó el año pasado 67,67 billones de yuanes (10,33 billones de dólares, 9,48 billones de euros). Una gran novedad es que, por primera vez, más de la mitad de la riqueza nacional (el 50,48 %) estuvo generada por el sector servicios.
Las autoridades recibieron las cifras con optimismo muy medido. "La economía ha logrado un crecimiento moderado pero estable y sólido", señaló el informe divulgado hoy.
El director de la oficina de estadísticas, Wang Baoan, destacó en rueda de prensa que la economía china "alcanzó un nivel razonable" de crecimiento durante 2015.
Wang subrayó que, pese al menor crecimiento, "hay que ver bajo qué situación lo hemos obtenido", con una recuperación internacional "falta de fuerza" y un descenso del comercio global, por lo que el 6,9 % "no es una cifra baja" sino que "responde a los límites" a los que podía llegar China.
Pero algunos analistas han visto las cifras con más suspicacia, ante la extendida sospecha de que algunos datos son "cocinados" por las autoridades.
La capacidad china para lograr "un crecimiento tan rápido y relativamente estable... inevitablemente atraerá mucho escepticismo", señala un informe de la firma internacional de análisis Capital Economics, para la que el aumento del PIB chino habría sido en realidad en torno a un 4,5 %.
Aún así, un comentario de esta firma considera que la volatilidad y la percepción negativa sobre la economía china son "exageradas", pues las previsiones a corto plazo "están mejorando".
Wang rechazó que las cifras se manipulen, y recalcó que China emplea estándares aplicados en todo el mundo y supervisados por las instituciones económicas internacionales.
Terence Chong, director del Instituto de Economía y Finanzas Globales de la Universidad China de Hong Kong, considera que las cifras actuales chinas "son muy razonables y factibles" y no cree que haya "mucha exageración", si bien no descarta que la hubiera en épocas pasadas con crecimientos oficialmente en el rango del 12-14 %.
Chong, en declaraciones a Efe, cree que el crecimiento chino ha estabilizado su ralentización y se muestra "bastante optimista" sobre una recuperación a corto plazo.
En cambio, el gigante bancario HSBC cree que los datos apuntan a que el impulso hacia la revitalización del crecimiento se debilitó a finales de año y "continuará siendo flojo en el primer trimestre de 2016".
Por ello, esta entidad vaticina una batería de medidas monetarias para este trimestre: recorte de tipos de interés en 0,25 puntos porcentuales, reducción de un punto en el coeficiente de caja de los bancos y aumento del déficit público hasta el 3 % del PIB para acometer nuevas inversiones.
Los análisis recalcan que algunas cifras secundarias divulgadas también hoy aportan datos esperanzadores, como la mayor proporción de los servicios o la resistencia del consumo privado, incluso si persiste la pérdida de fuelle de otros indicadores, como la producción industrial.
El sector servicios rebasó por primera vez la barrera del 50 % de toda la riqueza creada por China, al alcanzar el 50,48 %, frente al 48,1 % de 2014, dentro del objetivo oficial de reestructurar la economía y reducir el peso de la industria para incrementar el del sector terciario.
Los datos fueron recibidos por los mercados de forma muy tímida inicialmente, seguidos de claras subidas tanto en China como el resto del este de Asia ante el convencimiento de que Pekín aprobará nuevos estímulos monetarios.
Así, hubo avances generalizados especialmente destacados en China (Shanghái, 3,22 %, y Shenzhen, 3,41 %), y algo menores en Hong Kong (2,07 %), Seúl (0,60 %) o Tokio (0,55 %).
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