Brasilia, 24 ene (.).- El Gobierno brasileño estudia medidas para contener el aumento de los precios de los alimentos, que se ha disparado en los últimos meses por presiones inflacionarias causadas por diversos factores, como la caída del real frente al dólar, informaron este viernes fuentes oficiales.
El asunto fue discutido durante una reunión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva con varios de sus ministros, en la que una de las posibles soluciones barajada fue una rebaja de los impuestos a la importación, a fin de mejorar la oferta y forzar una caída de los precios, que en el caso de los alimentos ha aumentado en promedio casi un 20 % durante el año pasado.
"La reducción de la tasa (impositiva) será para los productos que tengan un precio más barato en el mercado internacional y más caro en el mercado interno", declaró a periodistas el ministro de la Presidencia, Rui Costa.
Aclaró, sin embargo, que esa posible reducción de tributos aún será estudiada por las autoridades del área económica y debatida con representantes de los sectores productivos.
Según Costa, "los precios se forman en el mercado" y el Gobierno no contempla ninguna "intervención heterodoxa" en sus planes para reducirlos, aunque sí puede valerse de herramientas impositivas.
"Si hacemos más barata la importación, se puede ayudar a bajar los precios internos", indicó.
La inflación en Brasil cerró 2024 en un 4,83 %, poco más de dos décimas por encima de la de 2023, y superó el techo del 4,5 % que había fijado como meta el Banco Central.
El propio instituto emisor explicó que un factor que presionó la inflación fue el aumento de los precios de los alimentos, atribuido en parte al cambio climático, que causó una intensa sequía y graves inundaciones que afectaron la producción agropecuaria.
Sin embargo, también ha influido la devaluación del real frente al dólar, que se ha acelerado en los últimos meses en medio de los temores del mercado financiero a un descontrol de las políticas fiscales del Gobierno.
A ello se ha sumado la incertidumbre generada por las decisiones que pueda tomar el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha amenazado con nuevos aranceles al comercio con diversos países, entre los cuales figura Brasil.