BRUSELAS/FRÁNCFORT, 14 feb (Reuters) - El empleo en la zona del euro creció más de lo esperado el pasado trimestre hasta alcanzar un nuevo récord, mientras una economía inesperadamente sólida evitó la recesión, lo que apunta a mayores presiones inflacionistas subyacentes que podrían mantener los tipos de interés elevados durante más tiempo.
Las previsiones apuntan a una contracción de la economía de la eurozona durante los meses de invierno, pero la caída de los precios de la energía, un invierno suave y una inesperada flexibilidad de la economía han apuntalado la confianza, limitando los daños para la región, que aún afronta un 2023 difícil.
El crecimiento en los 19 países que comparten el euro a finales de 2022 se expandió un 0,1% intertrimestral para una subida interanual del 1,9%, en línea con una estimación preliminar del 31 de enero, dijo Eurostat el martes.
Sin embargo, la verdadera sorpresa fue el empleo, que creció un 0,4% intertrimestral, el doble de lo previsto en un sondeo de Reuters, elevando el número total de trabajadores a 165 millones. En comparación con un año antes, el crecimiento del empleo fue del 1,5% en el último trimestre de 2022.
El rápido crecimiento del empleo pone de manifiesto la falta de mano de obra que sufre el mercado laboral y señala un problema para el BCE en su lucha por devolver la inflación al 2% desde los dos dígitos del otoño pasado.
Se esperaba que una recesión aumentara la tasa de desempleo, enfriara el mercado laboral y mantuviera los salarios bajo control. Pero las empresas, que tuvieron dificultades para volver a contratar trabajadores tras la pandemia del COVID-19, parecen estar reteniendo al personal a pesar de la desaceleración.
"La resistencia del crecimiento del empleo agravará las preocupaciones del BCE sobre los efectos de segunda ronda en la inflación y reforzará la presión para una extensión del ciclo de subidas más allá de marzo", dijo Ken Wattret, economista de S&P Global Market Intelligence.
Ya se preveía que el crecimiento salarial superara el 5% este año, lo más alto en años, lo que se sumaría a las presiones subyacentes sobre los precios, especialmente en los servicios, donde los salarios son el mayor coste.
Aunque tal tasa de crecimiento sigue indicando una caída de los ingresos reales dada la rápida inflación, algunos dirigentes monetarios temen que pueda ser difícil moderar las demandas salariales nominales una vez que disminuya la inflación, sobre todo teniendo en cuenta que los trabajadores perdieron una gran parte de sus ingresos reales el año pasado.
"El aumento sorprendentemente elevado del empleo en el cuarto trimestre del año pasado es la última muestra de la notable resistencia de la zona euro frente a diversos vientos en contra", añadió Wattret.
Aunque es probable que el crecimiento global en 2023 siga siendo débil, la Comisión Europea elevó el lunes su previsión de crecimiento del 0,3% al 0,9%.
(Reporte de Jan Strupczewski y Balazs Koranyi; editado en español por Flora Gómez)