Ginebra, 11 abr (.).- La Cámara Alta del Parlamento suizo avaló este martes, en una votación, la garantía financiera que ofreció el Estado para que Credit Suisse (SIX:CSGN) pudiese ser comprada por su competidor UBS (SIX:UBSG) y salvar así al primer banco de un colapso casi seguro debido a la profunda crisis de confianza en la que se hundió.
En concreto, los legisladores aprobaron un crédito de urgencia de 100.000 millones de euros a través del cual la Confederación Suiza garantizó préstamos otorgados por el Banco Nacional de Suiza.
Asimismo, se dio el visto bueno a una garantía financiera de 9.000 millones de euros destinada a UBS con el fin de absorber las eventuales pérdidas que podría sufrir debido a ciertos portafolios de riesgo de Credit Suisse, aunque el acuerdo indica que este importe sólo se entregará en caso de que el banco comprador haya registrado una pérdida inicial de 5.000 millones de euros.
Durante las intervenciones, los parlamentarios criticaron a Credit Suisse y su cúpula dirigente por la mala gestión de sus problemas, pero coincidieron en que rechazar los créditos -lo que no hubiese tenido consecuencias en la práctica- no serviría de nada.
Los dos créditos estatales habían sido aprobados a través de un procedimiento de urgencia por la Delegación de Finanzas del Parlamento.
Además de los 109.000 millones comprometidos por el Ejecutivo, el Banco Nacional Suizo puso a disposición de los bancos involucrados 150.000 millones de euros suplementarios de liquidez.
El uso de esos créditos o de la liquidez implican el pago de intereses.
Durante la sesión, el presidente de Suiza, Alain Berset, condenó la ineptitud de los altos cargos de Credit Suisse, cuya gestión en el pasado dio lugar a que el banco cayera en una crisis tan profunda.
"La confianza en el Credit Suisse fue destruida progresivamente por los responsables que, como es evidente, no fueron capaces de aprender las lecciones de la última crisis financiera de 2008, ni de asumir sus responsabilidades frente a sus colaboradores", dijo.
No obstante, Berset defendió el rol que asumieron el Ejecutivo, el Banco Nacional de Suiza y el organismo regulador del mercado financiero para restablecer la confianza en el sistema bancario.