Río de Janeiro, 6 jul (.).- La inflación en Brasil fue del 1,26 % en junio pasado, la tasa más alta para ese mes desde 1995 (2,26 %), y un 0,86 punto porcentual por encima del 0,40 % registrado en mayo, informó hoy el Gobierno.
La fuente destaca que esta es la primera vez que el índice mensual está por encima del 1 % desde enero de 2016, cuando registró 1,27 %.
En el acumulado de los últimos 12 meses la inflación también se aceleró y llegó al 4,39 %, respecto al 2,86 % registrado en los 12 meses inmediatamente anteriores, mientras que el acumulado del año (2,60 %) quedó por encima del registrado en igual período de 2017 (1,18 %).
Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), organismo encargado de difundir los datos, la subida estuvo impulsada por la variación en el precio de los alimentos y es un reflejo de los efectos de la huelga de los camioneros que durante once días paralizó Brasil a finales del mes de mayo y causó un fuerte desabastecimiento.
En junio, los sectores de alimentación y bebidas (2,03 %), vivienda (2,48 %) y transporte (1,58 %), que concentran aproximadamente el 60 % de los gastos de las familias, fueron los que más impactaron los índices de inflación.
Los alimentos y bebidas tuvieron una fuerte aceleración al pasar de 0,32 % en mayo a 2,03 % en junio.
En el sector de vivienda, que pasó de 0,83 % en mayo a 2,48 % en junio, el impacto se dio por los costes de la energía eléctrica, que tuvieron un alza del 7,93 %, prácticamente el doble respecto a mayo pasado (3,53 %).
En junio, el precio medio de la gasolina subió un 5 %, mientras que el del diesel bajó 5,66 %, lo que llevó a que la inflación en el sector transporte pasara de 0,40 % en mayo a 1,58 % en junio.
Entre los nueve grupos de productos y servicios contemplados en el informe,, sólo el de vestuario presentó una deflación en junio, con un 0,16 %.
La mayor economía de Suramérica ha registrado una reducción sostenida de su inflación desde 2015, cuando los precios aumentaron un 10,67 %, su mayor nivel en trece años.
En 2016, el indicador se ubicó en el 6,29 %, dentro del límite máximo de tolerancia, que entonces era del 6,5 %, mientras que el año pasado cerró en el 2,95 %, el menor porcentaje en 19 años.
Las previsiones indicaban que este año la economía brasileña se expandiría alrededor del 3 %, pero las tensiones internacionales, la fuerte depreciación del real y las incertidumbres en torno a las elecciones presidenciales de octubre han rebajado las previsiones de crecimiento hasta el 1,55 %.