Madrid, 4 oct (.).- El presidente de la Autoridad Bancaria Europea, José Manuel Campa, ha considerado este miércoles que la subida de los tipos de interés será buena para los bancos "a corto plazo" por la mejora de sus ingresos, pero duda sobre el efecto en el futuro por el impacto de la inflación y el deterioro económico.
Ello le hace pensar que el impacto puede ser neutral o incluso negativo, según ha explicado durante la clausura de una jornada organizada por elEconomista, la misma idea expuesta en el mismo foro por el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
Campa ha recordado además que el Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos, la autoridad macroprudencial europea, por primera vez ha publicado una advertencia porque los riesgos macroeconómicos en Europa son "excepcionalmente altos" y quiere que se tomen medidas, a pesar de que la situación de la banca es mejor que en el pasado.
La ratio de capital de máxima calidad, "CET1 fully loaded" en el argot financiero, de la banca europea está por encima del 15 % y la ratio de liquidez por encima del 170 %, cuando el requerimiento legal es del 100 %, ha expuesto para apoyar la idea de que la situación del sector es mejor.
Pero aun así, Campa cree que la proporción de provisiones tendrá que crecer porque la morosidad subirá, aunque "no será a niveles dramáticos o extremos" y el próximo año se llevarán a cabo nuevos test de estrés para medir la capacidad de resistencia del sector ante un empeoramiento de la situación económica.
Aunque la situación en España es diferente, el presidente de la Autoridad Bancaria Europa avisó de que el mercado inmobiliario de Europa en su conjunto "preocupa", especialmente por la evolución de los precios en países nórdicos y centroeuropeos y el efecto que ello podría tener en el sistema financiero.
Además, Campa ha señalado varios riesgos estructurales para el sector, entre ellos el tecnológico y la ciberseguridad, pero también el riesgo del cambio climático o el de la unión bancaria inacabada, al tiempo que ha destacado la necesidad de seguir avanzando en la implementación de Basilea III, la regulación impulsada tras la gran crisis financiera.
En paralelo, la Autoridad Bancaria Europea, más allá de los test de estrés del próximo año, seguirá trabajando en la mejora del análisis de los riesgos climáticos -habrá un ejercicio sobre el riesgo sistémico ya en 2024- y en el desarrollo de las normativas sobre el riesgo digital y los criptoactivos, conocidas como DORA y MICRA por sus siglas en inglés.