Bruselas, 9 abr (EFE).- La Comisión Europea (CE) presentó hoy nuevas directrices para las ayudas de Estado que permitirán a los países reducir a algunos sectores intensivos en consumo energético la contribución que tienen que hacer a las renovables y vincularán las subvenciones a las mismas más a las condiciones del mercado.
Para apoyar a la industria europea, la CE ha elaborado una lista con 63 sectores intensivos en energía, tales como la manufacturación de químicos, de papel, de cerámica o de metales.
Para que puedan beneficiarse de un trato especial tienen que tener una intensidad de electricidad por encima del 10 % más una intensidad comercial del 10 %.
Esta lista se completa con sectores "altamente intensivos" en energía, es decir con unos costes de electricidad de al menos el 20 % del valor bruto añadido y cuya actividad está expuesta al comercio internacional (con una intensidad comercial del 4 %).
Otra variable rige para los que están especialmente expuestos al resto del mundo con al menos un 7 % de intensidad eléctrica y más del 80 % de intensidad comercial.
Los países podrán concederles reducciones sobre las tasas que se les cobra para fomentar las energías renovables.
Para la industria intensiva en energía se establece una contribución propia máxima del 15 %, con un tope del 4 % del valor bruto añadido, y para la que es "altamente intensiva" el límite es del 0,5 %, explicó el vicepresidente de la CE y comisario de Competencia, Joaquín Almunia en rueda de prensa.
La CE dedica además especial atención a las ayudas a infraestructuras energéticas, especialmente las transfronterizas, y a la introducción gradual de mecanismos basados en el mercado para las nuevas subvenciones a las energías renovables.
La Comisión entiende que algunas tecnologías de energías renovables han alcanzado la fase de madurez que exige su integración en el mercado y las ayudas de Estado deben tener en cuenta la disminución de los costes de producción que se derivan de ello.
En los últimos años las instalaciones de recursos renovables han producido electricidad con independencia de la demanda real y han perjudicado a otros generadores que dependen exclusivamente del precio del mercado, afirma el Ejecutivo comunitario.
Se sustituirán gradualmente la tarifa fija de apoyo a los productores con independencia del precio de mercado con procesos de subastas vinculantes para la asignación de ayudas a nuevas instalaciones, empezando en 2015 y 2016 con un porcentaje pequeño de su nueva capacidad y llegando a la totalidad en 2017.
A partir de 2016 los generadores tendrán que vender su electricidad en el mercado y estarán sujetos a la obligación que se impone a los productores de compensar las desviaciones a corto plazo de sus compromisos de suministro iniciales.
En esa fecha los países tendrán que emplear como instrumento de apoyo primas, un monto sobre el precio del mercado, o certificados para promover una mejor integración de las energías renovables.
Las instalaciones pequeñas o tecnologías en una fase inicial de desarrollo pueden ser excluidas del proceso de adjudicación de ayudas, es decir aquellas que producen menos de 6 megavatios de energía eólica (o 6 unidades de generación) o 1 megavatio de otras fuentes, como la solar o la biomasa.
Instalaciones todavía más pequeñas (3 megavatios o 3 unidades para la eólica y 550 kilovatios para otras fuentes) pueden seguir beneficiándose de la tarifa fija.
La CE también permitirá ayudas para garantizar una generación adecuada de electricidad cuando hay un "riesgo real de insuficiente capacidad", para lo que se podrán introducir los "mecanismos de capacidad" para alentar a productores a crear nuevas capacidades de generación o prevenirles a cerrar plantas, o para premiar a los consumidores para que reduzcan el consumo en horas punta.