LONDRES, 11 nov (Reuters) - La economía de Reino Unido se contrajo en el trimestre julio-septiembre, en el inicio de lo que probablemente será una larga recesión, lo que pone de manifiesto los retos a los que se enfrenta el ministro de Economía, Jeremy Hunt, cuando se dispone a subir los impuestos y recortar el gasto la próxima semana.
La producción económica se contrajo un 0,2% en el tercer trimestre, menos que la contracción del 0,5% que los analistas habían previsto en un sondeo de Reuters, según los datos oficiales del viernes.
Sin embargo, fue la primera caída del producto interior bruto desde principios de 2021, cuando Reino Unido todavía estaba bajo estrictas restricciones del coronavirus, ya que los hogares y las empresas se enfrentan a una grave crisis del coste de la vida.
La economía del Reino Unido se encuentra ahora por debajo de su tamaño anterior a la pandemia —es la única economía del Grupo de los Siete que aún no se ha recuperado por completo de la caída del COVID— y es más pequeña que hace tres años en términos corregidos de efecto calendario.
El centro de estudios Resolution Foundation dijo que, aunque la caída era menor de lo que los inversores temían, dejaba al Reino Unido en camino de su regreso a la recesión más rápido desde mediados de la década de 1970.
Su director de investigación, James Smith, dijo que las cifras proporcionaban un telón de fondo aleccionador para el anuncio del presupuesto de Hunt del 17 de noviembre, cuando intentará convencer a los inversores de que Reino Unido puede reencauzar sus finanzas públicas —y su credibilidad económica— tras la breve etapa de Liz Truss como primera ministra.
"El ministro tendrá que encontrar un equilibrio entre la sostenibilidad de las finanzas públicas, sin agravar aún más la crisis del coste de la vida, ni afectar a los servicios públicos, que ya están al límite", dijo Smith.
En respuesta a los datos, Hunt repitió sus advertencias de que serían necesarias decisiones difíciles en materia de impuestos y gastos.
"No me hago ilusiones de que hay un camino difícil por delante, que requerirá decisiones extremadamente difíciles para restaurar la confianza y la estabilidad económica", dijo Hunt en un comunicado.
"Pero para lograr un crecimiento sostenible a largo plazo, tenemos que controlar la inflación, equilibrar las cuentas y conseguir que la deuda disminuya", añadió. "No hay otro camino".
LA REALIDAD DE LA RECESIÓN
El Banco de Inglaterra dijo la semana pasada que la economía del Reino Unido iba a entrar en una recesión que duraría dos años si los tipos de interés subían tanto como los inversores habían estado calculando.
Incluso sin nuevas subidas de tipos, la economía se contraería en cinco de los seis trimestres hasta finales de 2023, dijo.
"Los temores de una recesión se están convirtiendo en realidad", dijo Suren Thiru, director de economía del Instituto de Contadores Públicos de Inglaterra y Gales.
"Esta caída de la producción es el comienzo de un período de castigo, ya que la inflación más alta, las facturas de la energía y los tipos de interés machacan los ingresos, empujándonos a una recesión técnica a partir de finales de este año".
En el mes de septiembre aislado, cuando el funeral de la Reina Isabel se celebró con un día festivo que cerró muchas empresas, la economía del Reino Unido se contrajo un 0,6%, según la Oficina de Estadísticas Nacionales. Se trata de una caída mensual mayor que la previsión media de una contracción del 0,4% en el sondeo de Reuters y la mayor desde enero de 2021, cuando hubo un confinamiento por el COVID-19.
Sin embargo, los datos del producto interior bruto de agosto se revisaron para mostrar una contracción del 0,1%, frente a la lectura original de una contracción del 0,3%, y ahora se considera que el PIB de julio creció un 0,3%, frente a una estimación anterior del 0,1%.
(Reporte de Guillermo Schomberg; editado en español por Tomás Cobos)