Por Kevin Yao y Ellen Zhang
PEKÍN, 16 sep (Reuters) - La economía china mostró una sorprendente fortaleza en agosto, con un crecimiento más rápido de lo esperado en la producción de las fábricas y en las ventas minoristas que apuntalaron la recuperación de los efectos del COVID-19 y de las olas de calor, pero la profundización del desplome inmobiliario pesó sobre las perspectivas.
Las cifras, mejores de lo previsto, muestran que la segunda economía mundial está ganando algo de fuerza, tras escapar por poco de una contracción en el trimestre de junio, y elevan ligeramente las perspectivas de recuperación para el resto del año.
La producción industrial creció un 4,2% en agosto respecto al año anterior, el ritmo más rápido desde marzo, según la Oficina Nacional de Estadísticas. Esta cifra supera el aumento del 3,8% previsto por los analistas en una encuesta de Reuters y la expansión del 3,8% de julio.
Las ventas minoristas aumentaron un 5,4% con respecto a hace un año, el ritmo más rápido en seis meses, superando también las previsiones de crecimiento del 3,5% y el aumento del 2,7% de julio.
"Esto se debe a una base de comparación más baja: la ola de (la variante) delta pesó sobre la actividad económica en agosto de 2021", dijo Julian Evans-Pritchard, economista especializado en China de Capital Economics.
Aunque los datos optimistas disipan parte del pesimismo que pesaba sobre la lenta recuperación, que se había visto empañada por los débiles datos comerciales y el lento crecimiento del crédito, Evans-Pritchard no espera que la fortaleza se mantenga en septiembre.
"Y aunque la actual ola del virus puede haber tocado pico, la actividad seguirá siendo débil durante los próximos meses en medio de la profundización de la crisis inmobiliaria, el debilitamiento de las exportaciones y las recurrentes interrupciones por el COVID-19", afirmó.
La inversión en activos fijos creció un 5,8% en los ocho primeros meses de 2022 con respecto al mismo periodo del año anterior, por encima de la previsión de aumento del 5,5% y por encima del crecimiento del 5,7% de enero-julio.
CRISIS INMOBILIARIA
En los comentarios que siguieron a los datos, el portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas, Fu Linghui, dijo que la mejora económica de China en agosto fue "duramente ganada", gracias a las políticas de apoyo, pero advirtió que la recuperación es frágil y que las condiciones globales siguen siendo complicadas.
En contraste con los datos optimistas de la actividad, el sector inmobiliario chino se contrajo aún más en agosto, ya que los precios, la inversión y las ventas de viviendas ampliaron sus pérdidas.
La inversión inmobiliaria cayó el mes pasado un 13,8%, el ritmo más rápido desde diciembre de 2021, según cálculos de Reuters basados en datos oficiales.
Los precios de las viviendas nuevas disminuyeron un 1,3% interanual en agosto, el ritmo más rápido desde agosto de 2015, ampliando un descenso del 0,9% en julio.
El mercado inmobiliario chino, que en su día fue un motor clave del crecimiento económico, ha ido dando tumbos de crisis en crisis desde mediados de 2020, después de que los reguladores intervinieran para reducir el exceso de apalancamiento de las promotoras.
Los problemas del mercado inmobiliario han afectado a la segunda economía del mundo, y los responsables económicos se esfuerzan ahora por evitar una recesión prolongada.
Las ventas de viviendas por superficie bajaron un 23,0% respecto al año anterior en los ocho primeros meses del año, ampliando la caída del 23,1% de los siete primeros meses, lo que refleja una mayor fragilidad de la demanda.
En un escenario de débil confianza de los consumidores y las empresas, éstas se muestran reticentes a la hora de expandirse y contratar más trabajadores. La tasa de paro nacional, basada en una encuesta, se redujo ligeramente al 5,3% en agosto, frente al 5,4% de julio. El desempleo juvenil se mantuvo alto, en el 18,7%, tras alcanzar un récord del 19,9% en julio.
Las autoridades han anunciado más de 50 medidas desde finales de mayo para impulsar la economía y han subrayado que este trimestre es un momento crítico para actuar.
En una reunión del gabinete presidida por el primer ministro, Li Keqiang, se anunció el martes la ampliación de las desgravaciones fiscales para las pequeñas empresas y un cupo adicional de 200.000 millones de yuanes de représtamo para las industrias manufactureras y de servicios sociales.
Analistas esperan más alteraciones por el endurecimiento de los controles del COVID-19 en septiembre, antes del Congreso del gobernante Partido Comunista que comienza el 16 de octubre, en el que el presidente, Xi Jinping, está dispuesto a romper con los precedentes y asegurarse un tercer período.
Un nuevo equipo de liderazgo económico, que probablemente tomará posesión el año que viene, heredará una serie de retos, entre los que se incluyen cuestiones sobre cómo deshacer las medidas contra el COVID-19, que muchos consideran insostenibles, la crisis inmobiliaria y el aumento de las tensiones con Washington.
(Editado en español por Benjamín Mejías Valencia)