Jartum, 18 jul. (.).- La inflación interanual en Sudán se situó en un 412,75 % durante junio, un aumento del 33,96 % respecto al mes anterior en medio de una crisis severa en el país pero en un momento de cierta tranquilidad tras el alivio y cancelación de la mayoría de sus deudas, informaron este domingo fuentes oficiales.
"El aumento en la tasa de inflación interanual en junio es debido a la subida del grupo de alimentos y bebidas en un 247,97%, mientras que los precios de otras materias primas, además de los alimentos, subieron un 643,87 %, y la inflación de los bienes importados alcanzó el 230,32 %", indicó la Autoridad Central de Estadísticas de Sudán en un comunicado.
La nota destaca el aumento de un 6,14 % de la inflación en tan solo un mes en la categoría de alimentos, mientras que el mes pasado el Gobierno de transición del país anunció el levantamiento de los subsidios a la gasolina y el diésel.
En los presupuestos aprobados para 2021, el Gobierno sudanés tiene como objetivo rebajar la tasa media de inflación en un 95 %, al tiempo que está aplicando una serie de medidas del Fondo Monetario Internacional (FMI) para tener acceso a créditos para financiar su deuda.
En línea con estas medidas, en febrero el Ejecutivo y el Banco Central de Sudán anunciaron la flotación de la moneda local para "unificar" el mercado cambiario oficial y paralelo, y así cumplir con las demandas de organismos internacionales para aliviar la deuda externa del país.
El pasado mes, el FMI también acordó aliviar la deuda de Jartum en 23.300 millones de dólares dentro de la iniciativa conjunta con el Banco Mundial (BM) llamada Países Pobres Muy Endeudados (HIPC, en sus siglas en inglés).
Todas estas iniciativas, junto a la del Club de París, han sido posibles después de que el exdictador Omar al Bashir fuera derrocado por el Ejército tras 30 años en el poder y el país africano volviera a la arena internacional, de la que estuvo aislado política y económicamente debido al régimen islamista sancionado por su apoyo al terrorismo.
Sudán sufre una grave crisis de los productos básicos, como el pan, la harina y los combustibles, el factor que sirvió de catalizador para las protestas que culminaron en abril de 2019 con el derrocamiento de Al Bashir.