Por Kaori Kaneko y Leika Kihara
TOKIO, 28 may (Reuters) - La tasa de desempleo de Japón aumentó y la disponibilidad de puestos de trabajo se redujo en abril, según datos publicados el viernes, lo que pone de manifiesto el profundo daño que la prolongada batalla del país contra la COVID-19 está infligiendo a la economía.
Otros datos mostraron que los precios de consumo básicos en Tokio cayeron en mayo, reforzando las expectativas de que la inflación se mantendrá por debajo del objetivo del 2% del banco central nipón por el momento.
El Gobierno japonés está estudiando la posibilidad de prolongar el estado de emergencia para combatir la pandemia durante unas tres semanas, hasta el 20 de junio, según dijo el viernes un ministro del gabinete, lo que enturbia las perspectivas de la frágil recuperación económica del país.
La tasa de desempleo de Japón aumentó hasta el 2,8% en abril, desde el 2,6% de marzo, según mostraron los datos oficiales el viernes, superando una previsión media del mercado del 2,7%.
La relación entre puestos de trabajo y solicitantes se situó en 1,09, por debajo de la del 1,10 del mes anterior, que era también la previsión de la encuesta de Reuters.
"Las ofertas de empleo pueden haber vuelto a caer en mayo debido a la tercera ronda de declaraciones de medidas de emergencia. Esto puede frenar aún más la recuperación del empleo", dijo Tom Learmouth, economista de Capital Economics.
"Pero más adelante seguimos esperando que tanto el empleo como la población activa vuelvan a los niveles anteriores al virus en la segunda mitad del año, ya que las vacunas permiten que la economía vuelva a gozar de plena salud".
Los precios de consumo básicos en Tokio, considerados un indicador adelantado de las cifras a nivel nacional, cayeron un 0,2% en mayo con respecto al año anterior, según mostraron datos separados el viernes, coincidiendo con una estimación media del mercado.
La economía japonesa se contrajo en el primer trimestre y muchos analistas esperan que cualquier repunte en el trimestre actual sea modesto, ya que los nuevos frenos del estado de emergencia perjudican al consumo.
La debilidad de la demanda interna ha avivado los temores de una vuelta a la deflación, incluso cuando otras grandes economías ven aumentar la inflación, lo que mantiene al Banco de Japón bajo presión para que mantenga sus estímulos masivos.
La esperada prolongación de las restricciones por el estado de emergencia para combatir la COVID-19 aumenta la posibilidad de que el Banco de Japón retrase el actual plazo de septiembre para un paquete de medidas que amortigüe el golpe económico de la crisis sanitaria..
(Información de Kaori Kaneko y Leika Kihara, información adicional de Kentaro Sugiyama y Daniel Leussink, edición de Chang-Ran Kim y Sam Holmes, traducido por Darío Fernández)