Tokio, 7 ene (.).- Las quiebras de los restaurantes de ramen en Japón aumentaron más de un 30 % en el último año, una cifra récord, mientras que el 30 % de estos locales opera con pérdidas, muy afectados por el aumento de los costes de las materias primas necesarias para preparar este plato.
En 2024, 72 restaurantes de ramen quebraron en Japón al tener una deuda igual o mayor a 10 millones de yenes (60.880 euros), lo que supuso 19 casos más que el año anterior, es decir, un aumento del 30 %.
Además del aumento de los costos tanto de materias primas como de mano de obra y electricidad a causa de la inflación, muchos negocios tuvieron que cerrar por la imposibilidad de subir los precios de su menú.
Existe una barrera psicológica entre los comensales, que no suelen querer pagar más de 1.000 yenes (unos 6 euros) por tazón, ya que se trata de un plato considerado comida rápida en el país asiático, además de comida pensada para trabajadores en el descanso del mediodía.
La media nacional del precio de esta comida se mantiene por debajo de los 700 yenes (4,26 euros) porque sigue muy vigente la imagen de que es algo para todos los días y se dice que los clientes no lo tomarán si un plato supera los 1.000 yenes (6 euros), lo que dificulta la posibilidad de otorgarle un precio justo que asegure beneficios.
El costo medio de las materias primas que se utilizan en el ramen en 2024 aumentó más de un 10 % en comparación con 2022, según información estadística que contempla los precios desde los ingredientes necesarios para la sopa como la carne de cerdo o la grasa hasta los fideos o las algas, cuyo precio aumentó de manera significativa en los últimos meses.
Un 61,5 % de los negocios vieron reducidos sus beneficios en 2023 -un 33,8 % estaban en números rojos y un 27,7 % tuvieron un rendimiento deteriorado-, el segundo nivel más alto en los últimos 20 años, solo por detrás de 2021, un año donde todavía se veían las consecuencias de la pandemia.
Sin embargo, a pesar de estos números preocupantes, la demanda de ramen está en aumento porque es un plato clave de la gastronomía nipona y que los turistas quieren probar cuando visitan el país.
La inflación no solo afecta al ramen
Los locales de ramen no son los únicos afectados por la creciente inflación que aumenta el precio de los alimentos.
Los bares de estilo japonés conocidos como "izakaya" quiebran a un ritmo incluso más rápido que durante la pandemia porque la subida de precios hace que los consumidores reduzcan el dinero que dedican a la socialización por lo que acuden menos a estos locales que están destinados a reunir amigos para comer y beber.
Entre enero y noviembre de este 2024 quebraron 203 de estas tabernas niponas superando así la cifra de 189 que lo hicieron en 2020 como consecuencia de la pandemia, según datos de la compañía Teikoku Databank.
El sector que ya afrontaba cambios en el estilo de vida de los consumidores de no salir de noche tras la pandemia se enfrenta ahora a las consecuencias de los altos niveles de inflación que le perjudica aún más.