Lisboa, 25 feb (.).- Miles de personas salieron a las calles de Lisboa este sábado para pedir al Gobierno de António Costa medidas contra el avance de la inflación y la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores de la escuela pública portuguesa.
Los manifestantes habían sido convocados por dos organizaciones diferentes e independientes, el Sindicato de Todos los Profesionales de la Educación (STOP) y la otra por el movimiento Vida Justa, y todos ellos han coincidido a las puertas del Parlamento luso.
El líder de STOP, André Pestana, explicó que esta marcha, la cuarta desde diciembre convocada por el sindicato para pedir por la revalorización de la carrera docente, se ha organizado en rechazo de las propuestas que hasta ahora ha realizado el Ejecutivo de Costa, ya que, aseguró a periodistas, son "muy insuficientes".
"Hay siempre millones para tapar los agujeros de los banqueros" pero no para el personal de las escuelas públicas, denunció Pestana durante la manifestación, donde aseveró que "la sociedad portuguesa está cansada de ver su salario ser comido por una inflación galopante".
Entre las diferentes carencias del sistema que denuncian, están los bajos salarios, las condiciones laborales y los criterios de contratación, lo que provocan la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores y que los jóvenes no estén interesados en entrar en el sector.
Tras la manifestación, algunos profesores y no docentes tienen previsto asentarse ante el Parlamento luso para realizar una vigilia de tres días, hasta que concluya febrero.
Estas acciones se suman a las continuas concentraciones, cartas abiertas y huelgas convocadas en las últimas semanas en todo el país por los sindicatos del sector educativo público, y está previsto que los actos de protesta duren al menos hasta marzo.
Por otra parte, en las calles de la capital también se encontraban manifestantes convocados por el movimiento cívico Vida Justa, cuyo principal cántico era "Costa, escucha, queremos vida justa".
Los participantes de la protesta pedían participar en las tomas de decisión y políticas concretas para hacer frente a la crisis, en un momento en el que la inflación en Portugal alcanza niveles récord en 30 años.
De media, los precios subieron un 7,8 % en 2022, según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) luso, que superan en cuatro décimas las previsiones más actualizadas que tenía el Gobierno del socialista António Costa.
Cuestionado por periodistas por esta marcha, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, reconoció hoy que, si las perspectivas de crecimiento económico actuales no se cumplen y van a peor, el Gobierno deberá considerar aplicar medidas de apoyo complementarias a la población.
"Si esta evolución puede por casualidad suceder contra las previsiones, que eran optimistas, y que, por lo tanto, persistan estas señales que no son tan positivas como se esperaría, puede obligar al Gobierno a tener que proceder con una ponderación de ayudas sociales complementarias", reconoció.
(foto)