WASHINGTON, 1 feb (Reuters) - Un indicador de la actividad manufacturera de Estados Unidos cayó en enero a su nivel más bajo en 14 meses, en medio de un brote de infecciones por COVID-19, respaldando la opinión de que el crecimiento económico perdió fuerza a principios de año.
El Instituto de Instituto de Gerencia y Abastecimiento (ISM) dijo el martes que su índice de actividad fabril nacional cayó a una lectura de 57,6 el mes pasado, la más baja desde noviembre de 2020 y tras el 58,8 de diciembre.
Una lectura por encima de 50 indica expansión en el sector manufacturero, que representa el 11,9% de la economía estadounidense. Economistas encuestados por Reuters habían pronosticado un descenso al 57,5.
La economía atravesó una mala racha en diciembre, que parecía persistir hasta principios de 2022, cuando los contagios por coronavirus, impulsados por la variante ómicron, hicieron estragos en todo el país. Las consiguientes disrupciones en empresas y escuelas han llevado a los economistas a anticipar una fuerte desaceleración del crecimiento del empleo en enero.
La economía creció a una tasa anualizada del 6,9% en el cuarto trimestre, lo que contribuyó a impulsar el crecimiento global en 2021 hasta el 5,7%, el más fuerte desde 1984.
Economistas de Goldman Sachs (NYSE:GS) recortaron el lunes su estimación de crecimiento del Producto Interno Bruto del primer trimestre a una tasa del 0,5% desde un ritmo del 2%, citando a ómicron y la reducción del dinero destinado por el gobierno a los hogares.
El subíndice de nuevos pedidos adelantados de la encuesta de ISM cayó a 57,9 el mes pasado, la lectura más baja desde junio de 2020, desde el 61 de diciembre. Fue la segunda desaceleración mensual consecutiva de los nuevos pedidos. Sin embargo, los inventarios de los clientes siguen deprimidos, lo que podría contribuir a limitar el ritmo de moderación del crecimiento de los pedidos.
Hubo otra señal tentativa de mejora de las cadenas de suministro.
La medición del sondeo sobre las entregas de los proveedores apenas varió, situándose en 64,6. Una lectura superior al 50% indica una ralentización de las entregas a las fábricas. La lectura estable del índice es alentadora teniendo en cuenta la ola de ómicron, que los economistas habían temido que mantuviera a más trabajadores fabriles en casa y tensara aún más las cadenas de suministro.
Aun así, los precios a puerta de fábrica siguieron subiendo. La medición de los precios pagados por los fabricantes aumentó a una lectura de 76,1 desde el 68,2 en diciembre, lo que sugiere que la inflación podría seguir alta durante un tiempo.
Pese al impacto de ómicron, las fábricas contrataron más trabajadores el mes pasado, y la medición del empleo en el sector manufacturero de la encuesta ISM aumentó hasta un máximo de 10 meses. Se trata de una buena noticia en medio de una esperada desaceleración del crecimiento del empleo o, incluso, un descenso de las nóminas no agrícolas en enero.
(Reporte de Lucia Mutikani; editado en español por Carlos Serrano)