Madrid, 18 jun (EFE).- El ministro de Economía de Bolivia, Luis Arce, defendió hoy las nacionalizaciones realizadas por su país y destacó que no han supuesto una disminución de las inversiones extranjeras, a las que dio la bienvenida, pero con las reglas que dicta el Estado boliviano.
El ministro, que intervino en la Tribuna Americana EFE-Casa de América en Madrid, destacó que "el modelo privatizador no está reñido con la inversión extranjera", pero reconoció que Bolivia protege especialmente las inversiones en sectores estratégicos como los hidrocarburos, la minería o la electricidad, donde el Estado mantiene la mayoría del capital y dicta las normas.
Se refirió a otros sectores como el turismo, el comercio o las manufacturas, donde la inversión extranjera no tiene esas limitaciones.
Al ser preguntado por las nacionalizaciones de empresas extranjeras, afirmó que la intención del Gobierno es resolver el asunto con ellas, aunque reconoció que "las negociaciones son duras" ya que el empresario quiere el máximo retorno de la inversión y el país pagar menos.
Entre estas empresas afectadas por las nacionalizaciones están las compañías españolas Abertis, por la nacionalización en 2013 de la gestora aeroportuaria Sabsa, y las eléctricas Iberdrola y Red Eléctrica de España, por la expropiación de sus filiales bolivianas en 2012.
En su intervención, el ministro se refirió a las buenas relaciones que mantienen con la petrolera española Repsol, que lleva a cabo en el país andino exploraciones de posibles yacimientos de gas.
Arce, que ejerce como ministro de Economía desde 2006, expuso los logros económicos del Gobierno de Evo Morales, en el poder desde 2006, con su " modelo económico social comunitario", basado el aprovechamiento de los recursos naturales, una mayor producción, la redistribución de los ingresos y la lucha contra la pobreza.
Destacó que la pobreza extrema ha bajado del 40 % al 21 % y el objetivo es que en año 2025 haya desaparecido esta lacra y contrastó este dato con otros países como México, donde, dijo, la pobreza ha aumentado.
Se refirió al crecimiento sostenido que vive el país desde 2006 con una media del 5 % y destacó el 6,8 % de crecimiento del PIB del año pasado, de los mayores de la región, con una apuesta por la demanda interna.
En este desarrollo, reconoció el papel de la inversión extranjera, que cifró en 1.700 millones de dólares en 2013 de inversión extranjera directa neta, el 5,8 % del PIB.
Afirmó que el éxito del crecimiento tiene que ver y pasa por la resolución de los temas sociales.
"No creemos en la competitividad, recalcó, creemos en el comercio justo y complementario, más que competitivo" y afirmó que "sin el Fondo Monetario Internacional estamos mejor".
Preguntado por la posibilidad de trabajar para este organismo, el ministro afirmó que "entrar en él es lo último que haría".
Sin embargo, reconoció como déficit la lenta industrialización del país y la dependencia de la tecnología extranjera.
Al ser preguntado por otros modelos económicos como los casos de Venezuela, Argentina o Cuba, afirmó que son realidades diferentes con las que hay que ser respetuosas.
Respecto a Cuba reconoció que "históricamente es un parámetro muy importante para nosotros", pero "los cubanos han hecho su revolución a la cubana y nosotros a la boliviana", dijo.