Madrid, 24 jul (.).- El BBVA (MC:BBVA) Research ha avisado de que el consumo privado perderá tracción en 2019 y 2020 y bajará su ritmo de crecimiento hasta situarse en el 1,8 % este año, tres décimas menos de lo previsto en su último análisis, debido al menor impacto de los factores externos que impulsaron el crecimiento económico.
La desaparición de los elementos transitorios que incentivaron el gasto en los años precedentes, como la demanda de bienes duraderos que fue pospuesta durante la crisis, o el menor impacto de la política monetaria expansiva sobre la carga financiera de las familias son algunos elementos que destaca el nuevo informe del BBVA Research sobre "Situación Consumo".
No obstante, el documento publicado este miércoles indica que el consumo privado mantuvo el pulso en la primera mitad del año y que, tras aumentar el 0,4 % entre enero y marzo, habría ganado tracción en el segundo trimestre, con un alza del gasto de los hogares de entre el 0,5 % y el 0,6 % trimestral, lo que situaría la tasa interanual en el 2 %.
El consumo privado se ralentizará en 2019 hasta el 1,8 % y en 2020 hasta el 1,7 % por lo que el crecimiento promedio se situará, por tanto, seis décimas por debajo del registrado en el periodo 2017-2018.
El BBVA Research apunta también a un incipiente repunte de la tasa de ahorro de los hogares, entre otras cosas por la mayor contribución de los salarios a las rentas y por el crecimiento de la población madura que, no sólo condicionará la evolución del consumo, sino también la del ahorro, puesto que los ciudadanos que se acercan a la edad de jubilación son más propensos a ahorrar.
La forma de gastar cambia, ya que los mayores suelen hacer un uso menos intensivo de las tarjetas de crédito y, en general, de las nuevas tecnologías para las transacciones bancarias, añade.
Los clientes con un mayor nivel de consumo, entendido como la suma de las compras con tarjeta y los importes retirados, son los que se sitúan en las edades comprendidas entre 35 y 64 años, según un estudio de BBVA Research.
La población entre 20 y 34 años y los mayores de 65 años, añade, tienen un gasto por habitante menor.
Además, existe una elevada heterogeneidad geográfica. El pago con tarjeta es más común para todas las edades en Baleares, Cataluña y Madrid, lo que contrasta con su escasa presencia en provincias como Palencia, Orense y Lugo. De hecho, los mayores de 64 años de Madrid, Cataluña o Baleares son más proclives a hacer transacciones con tarjeta que los jóvenes de buena parte de las provincias del noroeste de España, según la fuente.