Berlín, 1 jul (EFE).- Alemania recordó hoy, en el 25 aniversario de la implantación del marco occidental en la República Democrática Alemana (RDA), el complejo proceso que rodeó la unión monetaria nacional y en el que debieron superarse numerosas barreras políticas.
"Hoy, hace exactamente 25 años, entró en vigor la unión monetaria en todo el territorio de la RDA. Nadie tiene que explicarnos a nosotros, los alemanes, lo difícil que fue llevar adelante ese proceso", apuntó el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, en un debate parlamentario centrado en la crisis de Grecia.
Fue preciso superar "enormes abismos políticos", recordó el ahora hombre fuerte de la canciller Angela Merkel, entonces titular de Interior del gobierno de Helmut Kohl y arquitecto del Tratado de Unidad alemana que el mismo Schäuble firmó, el 31 de agosto de 1990.
La implantación del marco occidental en el territorio germano-oriental, el 1 de julio, fue un paso previo a la unión política entre las dos Alemanias -occidental y la comunista- y la extinción como Estado de la RDA.
Schäuble aludió con estas palabras a los abismos ideológicos que sí se superaron entonces, en contraposición a las dificultosas negociaciones presentes entre Atenas y sus acreedores internacionales.
En paralelo a la intervención parlamentaria en Berlín, en Leipzig (este de Alemania) se celebró el acto institucional en ocasión del aniversario, encabezado por el exministro de Finanzas Theo Waigel y el expresidente del Bundesbank (banco central alemán), Carl-Ludwig Thiele.
Ambos oradores recordaron el colosal esfuerzo que supuso llevar adelante ese proceso y las negociaciones que, en paralelo, se desarrollaron entre los líderes de las dos Alemanias y las potencias vencedoras de la II Guerra Mundial -Estados Unidos, Unión Soviética, Reino Unido y Francia-.
Había muchos obstáculos a superar, incluidos la logística del transporte de la nueva moneda y a la provisión de fondos en todo el territorio de la RDA-, lo que se resolvió "impecablemente", afirmó Waigel.
Para muchos ciudadanos occidentales, la operación fue una especie de "tratamiento de shock", apuntó por su parte Thiele, puesto que existía el temor de una pérdida de solidez del marco, considerado el garante de la solidez monetaria en esa mitad del país.
Fue, sin embargo, un proceso "imprescindible", puesto que sin esa unión no habría sido posible la reunificación posterior que se consumó con la entrada en vigor del Tratado de Unidad, unos meses después.
La unión monetaria interalemana se implantó el 1 de julio, en medio del proceso reunificador liderado por Kohl y precipitado por la caída del Muro de Berlín, en nombre de 1989.
Ello conllevó una reestructuración en profundidad del tejido económico e industrial de la RDA, que dejó el terreno de la economía planificada propia del comunista en dirección a la economía de mercado.
Empezó asimismo el proceso equiparador de sueldos, jubilaciones y alquileres entre las dos Alemania, bajo la premisa de la paridad monetaria del 1:1, por mucho que el territorio germano-oriental estaba al borde del marasmo económico.