Tokio, 15 jun (EFE).- La junta de política monetaria del Banco de Japón (BoJ) comenzó hoy su reunión mensual de dos días en un momento marcado por los temores que despierta la posibilidad de una salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) y el fortalecimiento del yen.
En las últimas semanas los rumores que apuntaban a una posible ampliación del programa de flexibilización del BoJ se ha ido silenciando y pocos creen que la entidad pueda anunciar mañana alguna novedad en este sentido.
El banco central nipón optará seguramente por esperar a después de las elecciones al Senado que el país asiático celebra el próximo 10 de julio para mover ficha.
No obstante, no se descarta una sorpresa de última hora si la junta del Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal estadounidense, que concluye hoy, se salda con una decisión que remueva los mercados y contribuya, por ejemplo, a encarecer el yen, algo que perjudica enormemente a los grandes exportadores nipones.
Desde principios de año factores como la ralentización global y la caída de los precios del crudo han arrastrado a los inversores al yen, una divisa considerada refugio en tiempos de turbulencia.
En dicho lapso la moneda nipona ha incrementado su valor en más de un 12 por ciento con respecto al dólar.
La tendencia se ha fortalecido además en los últimos días por la incertidumbre que rodea al resultado con el que se saldará el referéndum sobre la permanencia de los británicos en la UE que se celebra el próximo 23 de junio.
Esto ha llevado al yen a su máximo nivel con el verde en el último mes.
El BoJ analizará además de cerca en su reunión los posibles efectos que tendría el llamado "brexit", una salida de Londres del club de los Veintiocho.
Muchos analistas creen que es una opción que podría perjudicar a la economía global y especialmente a Japón, que es el segundo inversor extranjero en Reino Unido.
La entidad también revisará el panorama tras su reciente apuesta por situar las tasas referenciales en negativo.
De cara a evitar el apalancamiento de capitales y estimular el crédito y el consumo, el BoJ activó en febrero un tipo para determinados depósitos bancarios del -0,1 por ciento.
Sin embargo, la medida ha afectado también a los tipos a largo plazo y a los rendimientos del bono soberano nipón a 10 años, que han entrado también en terreno negativo, al tiempo que las instituciones financieras han considerado que la medida pesará sobre su actividad y recortará sus beneficios.