FRÁNCFORT (Reuters) - El Banco Central Europeo abrió el jueves la puerta a nuevos recortes de tipos y a la reanudación de las compras de bonos, con el objetivo de reforzar la confianza económica en un bloque que ha sufrido una recesión de la industria manufacturera que corre el riesgo de desbaratar años de medidas de estímulo.
El BCE, que por ahora mantiene los tipos de interés sin cambios, dijo que el coste de los préstamos se mantendrá en niveles actuales o inferiores hasta mediados de 2020, mientras que antes se había comprometido a mantenerlos en su nivel actual hasta mediados de 2020. También encargó a sus técnicos que estudien otras opciones de flexibilización.
Con la inflación muy por debajo de su objetivo, la producción industrial en Alemania —la mayor economía del bloque— en caída libre, y la Reserva Federal de los EEUU ya en fase de relajación monetaria, era sólo cuestión de tiempo antes de que el BCE apretara el gatillo. La mayor incertidumbre era el calendario de aplicación de las políticas de relajación.
Sin embargo, tras haber avivado ya las expectativas de relajación, se esperaba que el presidente del BCE, Mario Draghi, diera a conocer al menos algún detalle el jueves, aunque es probable que se adopten más medidas posteriormente, posiblemente en septiembre, cuando el BCE publique también las nuevas previsiones económicas.
El BCE dijo que las opciones de relajación incluían una actualización de su orientación a futuro sobre los tipos de interés, un tipo de depósito escalonado y nuevas compras de activos. En su declaración, también omitió la referencia habitual a su objetivo de inflación de tasas de inflación "inferiores pero próximas al 2%" a medio plazo.
También subrayó que considera que su objetivo de inflación es simétrico, lo que indica que está dispuesto a dejar que el crecimiento de los precios supere su meta en el futuro tras un largo período por debajo de la misma.
"Si las perspectivas de inflación a medio plazo siguen siendo inferiores a su objetivo, el Consejo de Gobierno está decidido a actuar, de acuerdo con su compromiso de simetría en el objetivo de inflación", dijo el BCE.
"Por lo tanto, está dispuesto a ajustar todos sus instrumentos, según proceda, para garantizar que la inflación avance hacia su objetivo de forma sostenida".
Si bien la confianza de los consumidores, el empleo y los préstamos bancarios siguen en estado sólido, una reciente serie de indicadores de confianza de la industria muestran un panorama sombrío, lo que aumenta el riesgo de que la débil demanda externa pueda afectar pronto a la economía interna, en parte como resultado de una guerra comercial mundial.
El euro se debilitaba tras la decisión del BCE, cotizando en torno a 1,111 frente al dólar a 1.200 GMT, frente a los 1,113 dólares previos al anuncio del banco.
La atención se centra ahora en la conferencia de prensa de Draghi a las 12:30 GMT.
Las expectativas de nuevos estímulos del BCE ya han reducido los costes de endeudamiento de los Estados de la zona euro, y el rendimiento del bono alemán a 10 años ha profundizado su incursión en territorio negativo hasta el -0,41%, cerca de un mínimo histórico.
Los argumentos a favor de nuevos estímulos del BCE se apoyan en la debilidad de los datos económicos, sobre todo en lo que se refiere al comercio exterior y a la industria manufacturera, que ha sido el motor de la reciente trayectoria de crecimiento de la economía de la zona euro.
De hecho, el instituto alemán Ifo advirtió el jueves que la recesión se estaba extendiendo a todos los sectores importantes de la industria alemana y que la confianza se estaba deteriorando rápidamente.
(información de Balazs Koranyi; traducido por Tomás Cobos en la redacción de Madrid)