Brasilia, 17 dic (.).- La Cámara de Diputados de Brasil aprobó este martes el principal reglamento de una reforma constitucional en materia fiscal que ya fue promulgada hace un año y que busca simplificar el complejo entramado tributario del país.
El texto, aprobado por amplia mayoría, ahora tiene que ser sancionado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, cuyo Gobierno ha impulsado la reforma para fomentar el crecimiento económico.
La norma regula tres nuevos impuestos sobre el consumo de carácter federal, regional y municipal, creados para sustituir los cinco tributos actuales, y establece una tasa de referencia de 26,5 %.
Uno de ellos es el llamado Impuesto Selectivo, que tiene por objeto gravar más alto productos considerados perjudiciales para la salud como el alcohol y las bebidas azucaradas, que los diputados decidieron incluir después de que el Senado las hubiese retirado.
Las armas de fuego no fueron incluidas en la lista de mercancías perjudiciales ante la presión de la ultraderecha bolsonarista.
Por otra parte, estarán completamente exentos de impuestos sobre el consumo ciertos medicamentos y otros productos considerados básicos para las familias como la carne, un reclamo del poderoso sector agropecuario.
El ministro de Comunicación del Gobierno, Paulo Pimenta, celebró la votación "histórica", celebrada después de más de 30 años de discusiones.
"Brasil tendrá un sistema tributario eficiente que va a ayudar al crecimiento de nuestra industria y facilitar la llegada de inversiones al país", señaló Pimenta en redes sociales.
La medida, que obtuvo el respaldo de la izquierda y del centro, fue criticada por una parte de la ultraderecha debido a un nivel de carga tributaria que consideran excesivo.
La aprobación del reglamento de la reforma era una de las prioridades del Gobierno de Lula, que empujó para que fuese votado antes del receso parlamentario que inicia esta misma semana y se prolonga hasta febrero.
La medida busca calmar a los mercados y a la iniciativa privada en un momento económico marcado por la preocupación sobre el déficit fiscal, la fuerte depreciación del real y una inflación al alza.