Los inversores extranjeros se muestran cautelosamente optimistas mientras China despliega su mayor paquete de estímulos desde la pandemia, por un total de 114.000 millones de dólares, destinado a revitalizar su debilitada economía e impulsar el mercado bursátil.
Las recientes medidas, que incluyen importantes recortes de tipos y un fondo sustancial para la compra de acciones, han provocado un notable repunte de las acciones chinas, con el índice CSI300 borrando sus pérdidas anuales y logrando su mejor rendimiento semanal desde 2022.
El yuan también se fortaleció, alcanzando un máximo de 16 meses frente al dólar estadounidense. El jueves, los líderes chinos se comprometieron a seguir impulsando la economía con agresivas reducciones de los tipos de interés y ajustes en las políticas fiscales y monetarias, añadiendo impulso al repunte del mercado.
A pesar de la reacción positiva del mercado, los inversores extranjeros siguen preocupados porque el estímulo no aborda los problemas subyacentes que consideran cruciales, como las políticas fiscales que estimulan directamente la demanda de los consumidores. Phillip Wool, jefe de gestión de carteras de Rayliant Global Advisors, expresó su escepticismo sobre el impacto de las medidas centradas en la liquidez sin un aumento correspondiente de la demanda de los consumidores.
En los últimos años, las acciones chinas han tenido un rendimiento inferior al de otros grandes mercados, lo que ha provocado una importante retirada de fondos globales de China. Aunque los índices CSI300 y Hang Seng han repuntado en los dos últimos días, aún están un 40% por debajo de sus máximos de febrero de 2021. En cambio, el Nikkei japonés ha subido un 24% y el S&P 500 un 45% en el mismo periodo.
Gary Tan, gestor de carteras de Allspring Global Investments, mantiene una posición infraponderada en China, sugiriendo que es necesario un cambio fundamental en las perspectivas de deflación y en el mercado inmobiliario chino para que los inversores comprometan nuevos fondos.
Del mismo modo, Vivian Lin Thurston, gestora de carteras de la estrategia de crecimiento de mercados emergentes de William Blair, mantiene una posición infraponderada en China, pero está abierta a invertir en acciones específicas con fundamentos mejorados que se vean menos afectadas por el entorno económico.
Algunos inversores se sienten atraídos por la renta variable china debido a sus atractivas valoraciones. El ratio precio-beneficio del índice de referencia de Shanghái se sitúa en 12, frente a 21 del Nikkei y 27 del S&P 500.
Bob Zhang, socio director de Pine Street Capital, con sede en Pekín, encuentra valor en las acciones relacionadas con la potencia de cómputo de IA, los semiconductores y el software como servicio, sectores que se benefician de los avances tecnológicos globales.
Las medidas de estímulo llegan en un momento en que la Reserva Federal estadounidense empieza a recortar los tipos de interés, lo que algunos inversores creen que podría conducir a un círculo virtuoso en el mercado. Zhang prevé que si Estados Unidos sigue bajando los tipos y China mantiene su relajación monetaria, el mercado podría mantener su trayectoria alcista.
El objetivo de crecimiento económico de China de alrededor del 5% para el año está en riesgo debido a la caída del sector inmobiliario y al débil consumo, que los analistas creen que sólo puede rectificarse mediante políticas fiscales que aumenten el gasto de los consumidores. El éxito de las recientes medidas, en particular las dirigidas a los mercados de capitales, dependerá de que los inversores institucionales recuperen la confianza en el mercado de renta variable.
Reuters contribuyó a este artículo.
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