Atenas, 6 feb (EFE).- El Gobierno griego está listo para aplicar un extenso programa de reformas pero no está dispuesto a negociar bajo la amenaza de ningún "ultimátum", aseguró hoy su portavoz, Gavriil Sakelaridis.
"No admitiremos ningún ultimátum. Esto debe quedar claro. Nuestra intención es negociar de buena fe con todas las instituciones europeas para alcanzar un acuerdo beneficioso para todos", destacó Sakelaridis en una entrevista con la emisora de radio "Vima fm".
El portavoz del Gobierno recalcó que "Syriza nunca anunció una quita unilateral de la deuda griega" y, por el contrario, ha presentado sus propuestas "para una reducción razonable".
Sakelaridis insistió en que el sistema bancario griego no tiene problemas urgentes de liquidez, pues "utilizó hasta ahora tan solo la quinta parte de la cantidad de dinero que podría pedir prestado a través del mecanismo urgente de provisión de liquidez (ELA)".
En la reunión del Grupo de Trabajo del Euro, celebrada ayer en Bruselas, todos los países de la eurozona exigieron a Grecia que pida oficialmente una prórroga del programa de rescate existente y se comprometa al cumplimiento de los compromisos del gobierno anterior, señalaron hoy fuentes del Ministerio de Finanzas griego.
"Nos pusieron el cuchillo en el cuello. Si firmáramos tal cosa caería el Gobierno", explicó la fuente, que precisó que "romper las negociaciones no es una opción".
Grecia "presentará en la reunión extraordinaria del Eurogrupo del 11 de febrero sus propuestas para un programa de reformas, e insistirá en la necesidad de buscar una solución para garantizar a Grecia la liquidez necesaria", añadió.
Incluso el Ejecutivo anterior, con todas sus deficiencias, se resistió durante ocho meses a la aplicación de estas medidas (previstas en el programa de ajuste) que "provocarían una reducción drástica de las pensiones, aumentarían los despidos y afectarían de modo negativo a los salarios", explicó la citada fuente.
Syriza ganó las elecciones del 25 de enero con la promesa de poner fin al programa actual de rescate de Grecia y negociar con los socios europeos un nuevo programa de reformas sin la austeridad draconiana, con medidas para reanudar el crecimiento y con una quita de la deuda pública.