Estrasburgo (Francia), 22 nov (.).- El Parlamento Europeo (PE) respaldó hoy la llamada del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, para que los países de la eurozona adopten reformas estructurales y políticas fiscales que complementen los estímulos monetarios garantizados por Fráncfort.
"El Parlamento Europeo está de acuerdo con el presidente del BCE, Mario Draghi, en que la política monetaria por sí sola no puede estimular la demanda agregada, a menos que sea complementado con políticas fiscales responsables y reformas estructurales ambiciosas y socialmente equilibradas en los Estados miembros", reza un informe aprobado hoy por la Eurocámara.
El pleno del PE, reunido esta semana en Estrasburgo, dio el visto bueno con 437 votos favorables, 121 negativos y 140 abstenciones al informe sobre la actividad del BCE en 2015, preparado por el diputado español Ramón Tremosa, del grupo de los Liberales y Demócratas.
En su evaluación, los eurodiputados señalan que la política monetaria por sí sola no es "la herramienta adecuada" para resolver los problemas estructurales de la economía europea y subrayan que la recuperación prevista "no es sustituta de reformas estructurales esenciales".
Además, inciden en que recientes estudios advierten de una posible caída de los tipos de interés neutrales a nivel mundial, lo que, aseguran, resultaría en una política monetaria "más restringida y menos efectiva".
El informe está en consonancia con el discurso pronunciado por Mario Draghi ayer ante el pleno del PE, en el que llamó a los países a respaldar su recuperación con políticas fiscales expansivas, pero respetando la norma que exige a los Estados no acumular un déficit público mayor del 3 % de su PIB.
"Una composición de las políticas fiscales más favorable al crecimiento podría impulsarlo", aseguró Draghi, que además pidió que la aplicación de reformas estructurales se acelere "de manera sustancial".
La Comisión Europea presentó el pasado miércoles una recomendación a los países de la moneda única en la que les pedía realizar un estímulo fiscal adicional de unos 50.000 millones de euros, un 0,5 % del PIB de la eurozona.
El Ejecutivo comunitario les advirtió, no obstante, de que deben seguir respetando las reglas de disciplina fiscal y aplicando las reformas que algunos países aún tienen pendientes.
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