El Tribunal Supremo de Brasil tomó una decisión trascendental el domingo, permitiendo al gobierno excluir del objetivo fiscal de este año los gastos destinados a combatir incendios forestales y sequías en las regiones del Amazonas y el Pantanal. Esta medida se produce mientras el país enfrenta las consecuencias económicas de la sequía más severa que ha experimentado desde que se iniciaron los registros en 1950.
La resolución del juez Flavio Dino responde a la actual crisis ambiental, caracterizada por condiciones de sequía extrema e incendios forestales descontrolados. El Centro Nacional de Monitoreo y Alerta Temprana de Desastres Naturales (Cemaden) ha informado que la sequía no solo es intensa sino también generalizada, debido en gran parte a una temporada de lluvias más débil en la región centro-norte, el aumento de las temperaturas atmosféricas y cambios en el uso del suelo, especialmente la conversión de bosques en pastizales.
El Amazonas y el Pantanal se han visto particularmente afectados por incendios forestales sin precedentes. Además, la sequía ha causado importantes interrupciones en el transporte a lo largo del río Amazonas, provocando el aislamiento de comunidades e impactando el envío de soja y maíz, especialmente desde Mato Grosso, un estado clave en la producción de granos.
La autorización del Tribunal Supremo también incluye disposiciones para agilizar la contratación de bomberos temporales, eximiendo el período de espera habitual, y ordena a un fondo de la policía federal priorizar las investigaciones de incendios forestales.
A principios de año, el gobierno ya había sentado un precedente al eximir del objetivo fiscal los gastos relacionados con las inundaciones sin precedentes en el estado sureño de Rio Grande do Sul. El gasto en estas inundaciones, ocurridas en mayo, alcanzó los 27.000 millones de reales (aproximadamente 4.850 millones de dólares) y también fue excluido del objetivo del gobierno de eliminar el déficit primario para el año.
Si bien esta exención permite al gobierno abordar eventos climáticos urgentes sin estar limitado por el techo de gasto, estos desembolsos aún se sumarán a la deuda pública del país.
La deuda de Brasil ya se considera elevada en comparación con otros mercados emergentes. La decisión subraya la creciente presión financiera que los eventos climáticos están ejerciendo sobre las finanzas públicas del país.
Reuters contribuyó a este artículo.
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