Bilbao, 24 jul (.).- El Gobierno Vasco prevé cerrar este año con un ligero superávit del 0,2 % del PIB, de confirmarse la recaudación prevista y un crecimiento de la economía por encima del 2 %.
Según las previsiones del Ejecutivo, la economía vasca crecerá un 2,3 % este año, una décima más de lo que había previsto.
El consejero vasco de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, ha defendido este miércoles, en la presentación del informe anual de la economía vasca correspondiente a 2018, la necesidad de mantener la presión fiscal respecto al PIB en este momento de crecimiento, "aunque eso no quiere decir que no se puedan bajar algunos impuestos", "ni cierra la puerta a hablar de la propuesta del PP sobre rebajar el IRPF", ha aclarado.
Euskadi debe mantener la presión fiscal, "sabiendo que la economía está creciendo a un nivel del 2 % o algo superior, con niveles relativamente inferiores a los de años atrás", para poder recuperar los salarios del sector público, así como recuperar la inversión en innovación, ha indicado.
"Bajar la recaudación de una manera sustancial en relación al PIB, es políticamente muy poco defendible", ha dicho.
Sin embargo, Azpiazu ha considerado que "se puedan plantear reformas impositivas teniendo en cuenta que la recaudación no debe bajar" y así, no ha descartado negociar esa rebaja del IRPF, que requerirá por tanto, hacer "equilibrios fiscales".
"Las incertidumbres que se apoderaron de la economía mundial en 2018, han remitido algo en 2019" y por ello la economía vasca volverá a crecer y este año lo hará por encima de un "notable" 2 % del PIB, según ha augurado el Gobierno Vasco.
Azpiazu ha indicado que "el crecimiento del empleo y de la productividad son menores en consonancia con lo que avanza el PIB y la evolución de la recaudación también se ha moderado", si bien Euskadi cuenta "con un modelo sólido de crecimiento".
"Pero los beneficios del progreso se reparten de forma muy desigual y no llegan a las rentas inferiores", ha afirmado Azpiazu, quien ha abogado por que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) siga "creciendo razonablemente en los próximos años".
Esa "verdadera brecha salarial" supone que en Euskadi los salarios más altos hayan subido mucho más que los salarios más bajos y se evidencia en que, frente a una evolución del salario medio del 10,4 % entre 2008 y 2017, el 10 % del extremo superior de la tabla salarial creció un 10,9 %, mientras el 10 % con los salarios más bajos subieron un 1,3 %.