Madrid/Londres, 29 nov (EFE).- Los accionistas de Iberia y British Airways (BA) aprobaron hoy la fusión entre ambas aerolíneas, el último paso que quedaba para crear la sociedad "holding" conjunta con el nombre de International Consolidated Airlines Group (IAG).
Según el presidente de Iberia, Antonio Vázquez, con la fusión "hay un magnifico vehículo para ser protagonistas y para ir sentados en el asiento del conductor" en el proceso de consolidación del mercado del transporte aéreo mundial.
Para Vázquez, hoy es, por tanto, un día de celebración para Iberia, en el sentido de que haber obtenido la aprobación formal de los accionistas ha sido el último paso que faltaba en el proceso de fusión, que se inició hace más de dos años.
Recordó que el último año ha sido muy intenso de trabajo y de dificultades, pero "siempre se han encontrado soluciones", gracias a un equipo dispuesto, "muy por encima de lo que se suponía el cumplimiento del deber", a dar todo para que la fusión llegue a buen puerto.
BA consiguió resolver el problema principal para la operación, que era el importante déficit de los dos fondos de pensiones de la aerolínea, cifrado según los últimos datos en 3.700 millones de libras (unos 4.380 millones de euros).
La dirección de BA llegó a un acuerdo con los sindicatos en marzo pasado para reducir ese déficit.
El grupo aéreo resultante de la fusión será el tercero de Europa y el sexto del mundo por facturación, con casi 14.000 millones de euros de ingresos, más de 57.000 empleados, 400 aviones y 58 millones de pasajeros al años transportados a 204 destinos en más de 1.700 vuelos diarios, apuntó el presidente de Iberia, Antonio Vázquez.
El máximo responsable de la compañía española, visiblemente satisfecho, dijo a los periodistas, al término de la junta general de accionistas, que Iberia y BA han tratado de "construir una fusión que sea realmente apetecible".
Se ha creado, por tanto, un proyecto de fusión que permite la admisión de nuevos socios en distintas situaciones mediante diferentes fórmulas y que es muy flexible.
El consejero delegado, Willie Walsh, afirmó durante la junta de accionistas de BA en Londres que la operación permitirá a estas compañías competir con eficacia frente a las aerolíneas de bajo coste.
Para BA, es clave el acceso que conseguirá a América Latina a través de Iberia, mientras que para la aerolínea española supone aumentar su presencia en Asia y en América del Norte.
Actualmente, BA sólo vuela a tres ciudades de Sudamérica -Río de Janeiro, Sao Paulo y Buenos Aires- y podrá aprovechar los vuelos a ocho ciudades de la región que opera Iberia.
Esta complementariedad permitirá a IAG diversificar geográficamente sus ingresos, al reducir la volatilidad del negocio, y hacerla más fuerte y resistente ante las condiciones macroeconómicas y de mercado, recalcó Vázquez.
La estrategia de red de IAG se desarrollará de forma tal que refleje la importancia de los aeropuertos de Madrid-Barajas y Londres-Heathrow, explicó.
Destacó que las actuales limitaciones de capacidad en Heathrow representan una oportunidad de crecimiento adicional de Barajas.
Tanto Vázquez como Walsh recordaron que ambas aerolíneas mantendrán sus respectivas marcas cuando las acciones de IAG comiencen a cotizar en enero en las bolsas de Madrid y Londres.
El volumen de sinergias que se obtendrá tras la fusión se ha fijado en 400 millones de euros a partir del quinto año. El coste total para la obtención de las sinergias se calcula en 269 millones de euros.
Sobre la fusión sigue pesando el conflicto laboral que atraviesa desde hace más de un año BA, que se ha traducido durante el presente ejercicio en 22 jornadas de huelga del personal de cabina, que protesta contra la reducción de costes y personal de la aerolínea británica.
Por su parte, Iberia está negociando con los sindicatos el nuevo modelo de corto y medio largo, pero, pese a haber anunciado la creación de una compañía "low cost", que operaría en dicho segmento a partir de este mes de noviembre, de momento la ha tenido que posponer o incluso buscar otras alternativas para hacer frente a la competencia de las aerolíneas de bajo coste y el tren de alta velocidad. EFE
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