Atenas, 14 abr (EFE).- Grecia y los socios del euro continúan las negociaciones sobre las reformas en este país en un ambiente de creciente tensión, ante la urgencia de lograr un acuerdo antes del próximo Eurogrupo que se celebra el día 24.
Los representantes de las instituciones -Comisión Europea (CE), Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI)- y del Gobierno griego siguen reuniéndose para elaborar un plan completo de reformas específicas que esté listo antes de esta fecha.
Con este fin el sábado el conocido como "Grupo de Bruselas", formado por miembros de ambas partes, mantuvo una conferencia telefónica, que según el Ministerio de Finanzas heleno se celebró en un "clima de cooperación" y sirvió para acotar los principales temas que se tratan estos días.
El portavoz comunitario Margaritis Schinas confirmó ayer que las negociaciones siguen en pie y que el próximo paso es "analizar el estado de la situación" en la reunión informal de los ministros de Economía y Finanzas del día 24 en Riga.
El Ejecutivo de Alexis Tsipras trabaja a contrarreloj para presentar la nueva lista de reformas en materia de finanzas, pensiones, legislación laboral y privatizaciones que los socios europeos pidieron la semana pasada.
Aunque la CE evitó hablar de un "ultimátum", en la práctica el calendario no deja mucho más espacio si se quiere llegar con un principio de acuerdo al encuentro del Eurogrupo.
Entretanto dos de los acreedores del país, el BCE y el FMI, celebran importantes reuniones que pueden afectar al futuro inmediato de Grecia.
El encuentro de la junta directiva del BCE mañana despierta gran interés por si derivara en algún cambio en la política monetaria de esta institución.
En los últimos días el BCE se ha opuesto al proyecto de ley que prepara Atenas para proteger de las ejecuciones hipotecarias a las primeras viviendas valoradas en menos de 300.000 euros y cuyos dueños tengan unos ingresos anuales menores a 50.000 euros.
La institución que dirige Mario Draghi considera que supone un "riesgo moral" y socava la cultura del pago, ya que "amplía significativamente" los criterios sobre el valor de la propiedad, los ingresos anuales y el valor inmobiliario.
El jueves el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, coincidirá con su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble, en Washington donde ambos acudirán para pronunciar una conferencia en un reconocido instituto y donde puede que intercambien pareceres acerca de Grecia.
La situación del país también será uno de los puntos que trate la reunión de primavera que el FMI celebra a finales de la semana y en que se prevé que Varufakis participe junto con los ministros de Economía y gobernadores de bancos centrales de los 188 países miembros de este organismo.
Mientras las especulaciones sobre una posible quiebra continúan acechando a Grecia en caso de que no consiga lograr un acuerdo antes de finales de abril, algo que el Ejecutivo de Tsipras ha desmentido.
"Grecia va a decepcionar una vez más, no se prepara para la bancarrota, tampoco los acreedores", aseguraron fuentes gubernamentales, que insistieron en que las negociaciones "están avanzando a buen ritmo hacia una solución mutuamente beneficiosa".
Según la prensa local, las propuestas que ha presentado hasta ahora el Gobierno a los socios prevén la recaudación de 6.200 millones de euros, pero lo que está por ver es cómo se resolverán los temas en que existen los principales desacuerdos.
Estos son la reducción de las pensiones, el aumento del impuesto del IVA y la liberalización completa de los despidos en el sector privado que reclaman las instituciones.
El país afronta estos días el pago de unos 500 euros en salarios y pensiones, la mitad del monto a que ascienden mensualmente estas partidas, además de una subasta de Letras del Tesoro a tres meses que se celebrará mañana por valor de 1.000 millones de euros.