Jerusalén, 8 sep (.).- El Gobierno de Benjamín Netanyahu prevé que la economía de Israel crezca a un ritmo más lento tanto este como el próximo año a causa de la guerra en la Franja de Gaza, a lo que se suma el conflicto con el grupo libanés Hizbulá en la frontera con Líbano.
De hecho, según publica el periódico israelí The Times of Israel, el Ministerio de Finanzas ha reducido el crecimiento del 1,9 % proyectado antes para 2024 a un aumento de solo el 1,1 %, mientras que para 2025 se ha pasado del 4,6 % al 4,4 %.
Los pronósticos del Banco de Israel también auguran un menor rendimiento de la economía y si en abril sus estimaciones eran de un avance del 2 % en 2024 y del 5 % en 2025, en julio se redujeron hasta un 1,5 % para este año y un 4,2 % para el próximo.
Asimismo, las cifras publicadas por la Oficina Central de Estadísticas en agosto indican que la economía israelí creció a un ritmo más lento en el segundo trimestre del año, por debajo de las previsiones de los economistas, puesto que la ofensiva israelí en Gaza afectó a las exportaciones y las inversiones.
El producto interno bruto (PIB) israelí creció a una tasa anualizada del 1,2 % en el período de abril a junio con respecto a los tres meses anteriores, y disminuyó un 1,4 % en comparación con el mismo trimestre del año pasado.
La llegada de turistas al país también se ha reducido drásticamente desde el inicio del conflicto en el enclave palestino.
Según la Oficina Central de Estadísticas (OCE) poco más de 500.000 visitantes llegaron a Israel entre enero y junio de este año, una caída del 76 % frente a un año antes, cuando poco más de dos millones de turistas visitaron el país.
Sin un final a la guerra en Gaza próximo, no se espera que estas cifras remonten los próximos meses.
La falta de mano de obra es otro de los problemas para la economía israelí puesto que faltan trabajadores en algunos sectores como la construcción, la agricultura y el comercio, donde la mayoría de los empleados eran palestinos.
Tras los ataques de Hamás del 7 de octubre, Israel anuló los permisos de trabajo de los gazatíes y también de la mayoría de los palestinos que viven en Cisjordania ocupada.
De momento, la fórmula por la que ha apostado el país, que necesita unos 92.000 trabajadores, es la firma de algunos acuerdos bilaterales con países como la India o Tailandia para suplir esta falta de mano de obra.