Por Holger Hansen y Lefteris Papadimas
NAUEN, Alemania/ATENAS (Reuters) - El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, advirtió el lunes al nuevo Gobierno griego de que no dé por sentado que la zona euro aceptará simplemente todas las promesas que Alexis Tsipras ha hecho al pueblo griego, en una confrontación creciente sobre la crisis de deuda de Atenas.
Tsipras esbozó sus planes para desmantelar el programa de austeridad recetado por Berlín y descartó ampliar el rescate, situándose en la línea de colisión con sus socios de la Unión Europea.
Su discurso inaugural ante el Parlamento sacudió a los mercados financieros y sus socios fuera de la zona euro. El primer ministro británico, David Cameron, presidió una reunión extraordinaria con el ministro de Finanzas y altos cargos del Banco de Inglaterra el lunes para preparar planes de contingencia ante una posible salida de Grecia del euro, dijo una fuente del Tesoro.
Antes de una reunión de los ministros de Finanzas del G-20 en Estambul, Estados Unidos y Canadá instaron a la UE y Grecia a bajar el tono de la retórica sobre la austeridad y trabajar en un compromiso en el asunto de la deuda.
El ministro griego Yanis Varoufakis, que apenas encontró apoyo en una gira por capitales europeas la semana pasada a sus planes para reestructurar la deuda griega, encolerizó a algunos socios en la zona euro al decir el domingo que ésta se derrumbaría eventualmente si expulsaban a Grecia.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo a periodistas en una visita a Alemania: "Grecia no debería asumir que el ambiente general ha cambiado tanto que la zona euro adoptará el programa del gobierno de Tsipras incondicionalmente".
El jefe del órgano ejecutivo de la UE, que se entrevistó con el líder heleno la semana pasada en Bruselas, dijo que no esperaba un acuerdo antes de la cumbre de la UE del jueves o en una reunión de los ministros de finanzas de la zona euro el miércoles.
"No creo que alcancemos conclusiones finales tan pronto", dijo Juncker en una reunión con el partido alemán SPD en Nauen, cerca de Berlín.
El vicecanciller alemán y líder del SPD, Sigmar Gabriel, en el mismo acto, rechazó el llamamiento de Tsipras de compensaciones por la ocupación nazi de Grecia, diciendo que esos asuntos se habían ventilado en las negociaciones que llevaron a la unificación de Alemania en 1990.
Cuando se le preguntó si Berlín pagaría una compensación, Gabriel dijo: "La probabilidad es cero".