Natalia Kidd
Buenos Aires, 18 jul (.).- La actividad económica de Argentina mostró en mayo pasado, tras varios meses de caída, signos de recuperación, apoyada en una importante mejora de la agricultura luego del castigo que implicó la sequía del año pasado.
Según informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el estimador de la actividad económica, un indicador que sirve como anticipo provisional para medir la variación trimestral del Producto Interior Bruto (PIB), registró en mayo pasado un avance del 2,3 % en comparación con igual mes de 2023, poniendo así fin a una seguidilla de seis meses de contracción interanual.
De acuerdo al informe oficial, el indicador logró además un crecimiento del 1,3 % en comparación con abril último, la primera subida mensual desde septiembre de 2023.
Sin embargo, el positivo desempeño de la economía argentina en mayo mitigó solo parcialmente una contracción acumulada en los primeros cinco meses del año del 2,9 %.
Por lo demás, el informe oficial deja ver que la recuperación registrada en el quinto mes del año estuvo muy lejos de ser generalizada sino que, más bien, se asentó en el muy positivo desempeño del sector agrícola -uno de los de mayor peso en el tejido económico argentino- y, en menor medida, de la minería.
La agricultura anotó en mayo -pico de la cosecha gruesa (soja, maíz o girasol) en Argentina- un salto interanual del 103,3 %, aunque con una base de comparación muy deprimida por la sequía que afectó a Argentina en 2023, mientras que la minería creció 7,6 %.
Pero el informe del Indec revela que la mayoría de las divisiones incluidas en la medición -10 sobre 16- tuvo caídas interanuales en mayo, destacando las de sectores clave como la construcción (-22,1 %), la industria manufacturera (-14,2 %) y el comercio (-11,4 %).
En lo que va del año, los diversos sectores económicos de Argentina han operado en un escenario de elevada inflación (276,4 % interanual en mayo) y fuerte caída de la demanda por el desplome del consumo, en medio del drástico ajuste fiscal puesto en marcha desde diciembre pasado por el presidente argentino, Javier Milei.
De acuerdo a los economistas privados que mensualmente consulta el Banco Central argentino para su informe de expectativas, en 2024 la economía argentina descenderá en un 3,7 %, desde una contracción del 1,6 %, en 2023.
La mayor parte de los expertos cree que el piso de la crisis se dio en abril pasado y avizora cierta recuperación hacia adelante, pero con considerable cautela en unos pronósticos que atan a las futuras decisiones en materia de política económica.
"Hacia adelante esperamos que en los próximos meses comience una lenta recuperación, contingente a que se consolide el ordenamiento de las variables macro y de que los ingresos de las familias crezcan por encima de la inflación", observó en un informe la consultora Orlando Ferreres & Asociados.
Para Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, "la reducción de la inflación, la relativa recuperación del crédito interno, y el dinamismo de los sectores más competitivos sientan una base para que continúe el rebote" en la actividad económica.
"Pero para que se vuelvan a encender los motores del crecimiento y quebrar la tendencia al estancamiento hay que estabilizar la situación monetaria, reducir la brecha cambiaria (y las expectativas de devaluación) y dar señales de que se irá rápidamente a una unificación del mercado de cambios", observó.
Según el experto, eso será "fundamental para aprovechar el potencial de ingreso de inversiones" de la mano del nuevo régimen de incentivo a las grandes inversiones (RIGI) y para "dar un impulso a la actividad en la segunda mitad del año".
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