Bruselas, 13 feb (.).- La Comisión Europea (CE) mejoró hoy sus previsiones de crecimiento para Italia en 2018, con un 1,1 %, una décima más respecto a las previsiones de otoño, mientras que estimó que el déficit subirá al 2,6 % el año próximo, también una décima más de lo previsto en noviembre.
Respecto a 2017, la CE ha mantenido sus previsiones de crecimiento y déficit para Italia, en un 0,9 % y un 2,4 %, respectivamente.
El comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, explicó en una rueda de prensa que la CE ha pedido al ministro de Economía italiano, Pier Carlo Padoan, que dé más explicaciones sobre la aplicación de las medidas de ajuste, con las que Bruselas espera reducir al menos en un 0,2 % del PIB el déficit estructural este año.
"Pedimos al Gobierno italiano que adopte estas medidas lo antes posible, pero esto no es en absoluto un ultimátum. Estamos hablando de un modo muy constructivo y positivo", precisó el comisario francés.
En las previsiones publicadas hoy, Bruselas observa que el crecimiento estará impulsado por unas bajas tasas de interés y una fuerte demanda externa, "aunque las debilidades estructurales dificultan una recuperación más fuerte".
"El empleo crecerá en mayor medida, pero a un ritmo más lento que en 2015 y 2016, debido a la eliminación de incentivos para nuevas contrataciones. Los precios más altos de la energía impulsarán un repunte de la inflación", precisa el informe comunitario, que asegura que "el déficit y la deuda se estabilizarán".
La creación neta de empleo se proyecta ligeramente inferior a la del periodo 2015-2016, cuando fue impulsada por una reducción de las contribuciones sociales a tres años.
El crecimiento del empleo se presenta más fuerte en términos de horas trabajadas que en cuanto al personal contratado, debido a la falta de acuerdo para la reducción de jornadas laborales.
Esto supone que la tasa de desempleo en Italia se situará en el 11,6 % en 2017 y caerá hasta el 11,4 % en 2018.
La CE también revisa ligeramente al alza sus previsiones para la deuda pública italiana para este año -la segunda mayor de la UE solo por detrás de Grecia- hasta un 133,3 % (dos décimas más que lo previsto en otoño) y del 133,2 % en 2018.
Frente a una tasa de inflación de -0,1 % en 2016, esta aumentará a 1,4 % en 2017 y 1,3 % en 2018, debido a una subida de los precios de la energía.
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