Lisboa, 6 feb (EFE).- La presión que ejercen los mercados sobre la deuda soberana de Portugal se relajó sensiblemente esta semana, en contraste con la incertidumbre que todavía pesa sobre los títulos griegos.
Las obligaciones lusas a diez años cotizaban hoy en el mercado secundario -donde se compran y venden títulos adquiridos en subasta pública- en el entorno del 2,35 %, la tasa más baja de su historia y a la que cotizó por primera vez el pasado 23 de enero.
La evolución de los bonos portugueses, que tendieron a la baja durante las últimas cuatro sesiones, es contraria a la de la deuda griega, que continúa dando señales de inestabilidad y por la que hoy se pagaba cerca de un 9,8 % de interés.
También cayó la rentabilidad exigida a los inversores para comprar títulos lusos a dos y cinco años, hasta el 0,25 y el 1,37 %, respectivamente.
Desde que Syriza ganó las elecciones, el Gobierno luso -de signo conservador- ha defendido que el caso griego nada tiene que ver con el de Portugal, pese a que los dos países fueron rescatados por la UE y el FMI, y ha rechazado cualquier tipo de reestructuración de deuda, en oposición a lo que propone Atenas.
La bajada de las tasas de interés permitió a Lisboa cerrar con éxito su programa de asistencia financiera en mayo de 2014 y que actualmente pueda colocar su deuda a cambio de una penalización sostenible, lejos de los máximos históricos registrados durante los peores momentos de la crisis, a finales de enero de 2012.
Entonces, su deuda a dos, cinco y diez años llegó a cotizar por encima del 22, el 21 y el 17 %, respectivamente.