París, 23 ene (.).- La negociaciones entre el Gobierno francés y el Partido Socialista (PS) sobre los presupuestos que se votan este jueves en el Senado se ha convertido en la clave para que el primer ministro, el centrista François Bayrou, pueda evitar que lo tumbe una moción de censura.
Su ministro de Economía, Éric Lombard, señaló en un encuentro con la prensa que "el costo de una moción de censura" sería "más elevado todavía" que las concesiones que se han hecho al PS.
Según Lombard, la moción con la que cayó a comienzos de diciembre el anterior Ejecutivo del primer ministro conservador Michel Barnier y la inestabilidad que ha traído aparejada han tenido un impacto de 12.000 millones de euros en las arcas del país.
Bayrou consiguió que la mayor parte de los diputados socialistas se desmarcaran de los del resto de la izquierda que el 16 de enero sí votaron una moción de censura contra él, dos días después de su discurso de política general.
Esa moción de censura no prosperó, en parte por la posición de los socialistas, que obtuvieron una serie de concesiones en los presupuestos, pero también la apertura de un proceso de concertación entre los sindicatos y la patronal que, si terminara en acuerdo, podría modificar la polémica reforma de las pensiones de 2023 que reduce la edad mínima de jubilación de 64 a 62 años.
No obstante, para tumbar al Gobierno también habrían hecho falta los votos de la Agrupación Nacional (RN), el partido de extrema derecha de Marine Le Pen, que no se sumó a la moción de censura.
En el Senado hay una mayoría conservadora por lo que el proyecto actual de presupuestos no tendrá problemas para ser adoptado, pero la situación es muy distinta en la Asamblea Nacional.
Los socialistas, de hecho, ya han anticipado que no se conforman con las concesiones anunciadas por Bayrou antes de ese voto de la moción de censura el día 16 y esperan conseguir otras más de aquí al 30 de enero, cuando se espera que los presupuestos pasen a una comisión mixta entre la Asamblea Nacional y el Senado.
Después de una primera reunión formal de negociación el miércoles entre parlamentarios socialistas y los directores de gabinete de Lombard y de la ministra de Hacienda, Amélie de Montchalin, el representante socialista, Philippe Brun, dijo que sin cambios votarán la moción de censura, aunque añadió que "queda una semana para obtener un acuerdo.
En los presupuestos del Gobierno que llegan al Senado el objetivo es reducir el déficit al 5,4 % del producto interior bruto (PIB) en 2025, después de unos números rojos que se dispararon el pasado año, aunque Lombard afirmó que la cifra final está "más cerca del 6 %" del PIB que del 6,1 % que se había anticipado hasta ahora.
El titular de Economía descartó un globo sonda que había lanzado la ministra de Trabajo, Astrid Panosyan-Bouvet, que sugirió la posibilidad de aumentar la fiscalidad de los jubilados que tienen las pensiones más altas.
Lombard aseguró que no habrá "nuevos impuestos para los las familias", que no subirá el tipo fijo del 30 % que se aplica a los ingresos de capital con el argumento de que "se necesitan dividendos que remuneren a los que asumen riesgos".