La libra esterlina empieza a sentir las consecuencias de un posible Brexit sin acuerdo. Este lunes, el recién nombrado Ministro de Exteriores, el conservador Dominic Raab, que es un abierto defensor del Brexit, criticaba la intransigencia y la cabezonería de la Unión Europea, y afirmaba que el Reino Unido abandonará la Unión pase lo que pase el próximo 31 de octubre.
Sus declaraciones han sacudido a los mercados, provocando que la libra descienda a su menor nivel frente al dólar desde marzo de 2017. A los inversores les preocupa que siga cayendo en picado y advierten del peligro de que sus fluctuaciones salpiquen a la economía mundial. Londres podría dejar de ser uno de los centros financieros globales más importantes. Para algunos expertos hay otro motivo de inquietud: la elección de Boris Johnson como Primer Ministro del Reino Unido.
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Para Kevin Matthews, Profesor adjunto de Historia, de la Universidad George Mason, en Virginia, Estados Unidos, la salida del Reino Unido provocaría un aluvión de consecuencias.
"Jonhson estuvo el sábado en Manchester y prometió 3.600 millones de libras -lo que equivale a 4.400 millones de dólares americanos- para aliviar las áreas más deprimidas del Reino Unido. Esto se suma a su promesa de desplegar más policías en las calles, y a la de su recorte masivo de impuestos, lo que beneficiaría a los más ricos, que son quienes le apoyan en el Partido Conservador. El problema es que también ha declarado que sacará bruscamente a Reino Unido de la UE en octubre si no consigue el acuerdo que pide. Si esto ocurre, se estima que el país caiga en una recesión, que se llevará por delante las finanzas públicas, haciéndolas caer alrededor de 30.000 millones de libras al año, lo que equivale a 35 mil millones de dólares americanos", analiza Matthews.
La Patronal Británica considera que en este controvertido divorcio no sólo Reino Unido saldrá mal parado. La Unión Europea también pagaría su precio.