Lisboa, 28 oct (EFE).- Portugal recibe hoy una nueva visita de la troika, la primera desde que concluyó con éxito su rescate financiero el pasado mayo, con los Presupuestos para 2015 y las metas de reducción del déficit público en la agenda.
Los técnicos de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se desplazan a la capital lusa para iniciar la monitorización de los progresos lusos, según fuentes oficiales, un control que mantendrán hasta que el país devuelva la mayor parte del préstamo de 78.000 millones de euros que le fue concedido.
La misión ya no será conjunta como lo era durante el período que Portugal vivió bajo asistencia financiera -entre mayo de 2011 y mayo de 2014, cuando las evaluaciones de la troika eran trimestrales- y está previsto que se prolongue durante una semana, aproximadamente.
El encarecimiento de su acceso a financiación por los elevados intereses exigidos por los inversores para comprar su deuda llevó hace tres años a que las autoridades lusas recurriesen a la ayuda de la UE y el FMI, que le prestaron 52.000 y 26.000 millones de euros, respectivamente.
Lisboa debe ahora devolver ese crédito por completo progresivamente, un proceso que no se espera que termine antes de 2030.
Los organismos internacionales visitarán Portugal cada seis meses y mantendrán reuniones con sus principales responsables para controlar la marcha del país hasta ver devuelto la mayor parte del préstamo concedido.
Desde el cierre del programa de asistencia financiera, las previsiones económicas lusas no se han alterado de forma significativa y su Gobierno confía en acabar el año en positivo después de tres ejercicios consecutivos de recesión.
Sin embargo, el Ejecutivo del primer ministro conservador Pedro Passos Coelho alteró recientemente el objetivo de reducción del déficit público para 2015 acordado con la UE y el FMI, que pasó así del 2,5 al 2,7 %, una nueva meta que deberá recibir el visto bueno de los organismos internacionales.
Passos Coelho justificó esta decisión por considerar que cumplir con la cifra inicialmente pactada exigiría un nuevo aumento de impuestos.
Los técnicos analizarán también la propuesta presupuestaria del Gobierno, que en líneas generales mantiene las políticas de ajustes y la presión fiscal aplicadas durante los últimos años y cuya aprobación se da por segura debido a la mayoría absoluta con la que cuenta en el Parlamento.
Durante los últimos seis meses, el principal motivo de preocupación en Portugal es el terremoto provocado por la caída del Grupo Espírito Santo, con ramificaciones en el sector económico y financiero del país, y que provocó incluso la intervención del banco del mismo nombre, una de las entidades más importantes del país.
En contraste, las tasas de interés exigidas por los inversores para comprar deuda lusa han seguido bajando hasta mínimos históricos -ayudadas por las políticas del Banco Central Europeo-, lo que ha permitido al país iniciar con buen pie el proceso de recuperación de su autonomía financiera.