La Unión Europea ha lanzado una severa advertencia a Georgia, señalando que la relación del país con el bloque podría deteriorarse y que podría enfrentar sanciones si se aleja de las normas democráticas. El embajador de la UE en Tiflis, Pawel Herczynski, subrayó el viernes el compromiso de la UE de trabajar con cualquier gobierno democráticamente elegido en Georgia. No obstante, afirmó que la UE no acogería a Georgia como miembro si se transformara en un "estado de partido único" carente de oposición política.
Las declaraciones de Herczynski se producen en vísperas de las elecciones parlamentarias de Georgia, previstas para el 26.10.2023. Expresó su preocupación sobre la posibilidad de imponer sanciones en el futuro si los comicios no se desarrollan de manera adecuada. La UE había concedido a Georgia el estatus de país candidato el año pasado, un paso preliminar hacia la plena adhesión. Sin embargo, las relaciones entre la UE y Georgia se han deteriorado notablemente desde que el partido Sueño Georgiano promulgó una polémica ley de "agentes extranjeros" en mayo. Esta ley, que obliga a las organizaciones que reciben más del 20% de su financiación del exterior a registrarse como "agentes de influencia extranjera", ha sido criticada por indicar un giro que se aleja de las alianzas occidentales y se acerca a Rusia.
El enviado de la UE informó que no ha habido reuniones entre representantes de la UE y el gobierno georgiano desde junio debido a lo que describió como la actitud "poco amistosa" de Georgia hacia la UE. Esta suspensión del diálogo siguió a debates internos entre los estados miembros de la UE sobre cómo responder a las "narrativas antioccidentales y antieuropeas" promovidas por el gobierno georgiano.
Herczynski también mencionó el mes pasado que la UE podría considerar suspender temporalmente su régimen de exención de visados con Georgia si las próximas elecciones no son reconocidas como libres, justas y pacíficas. La ley ha desencadenado algunas de las mayores protestas en Georgia desde que el país obtuvo la independencia en 1991, con opositores intentando revocar la legislación durante dos meses.
A pesar de estos esfuerzos, la ley fue aprobada, lo que ha tensado las relaciones no solo con la UE sino también con Estados Unidos. Como respuesta a la situación, EE.UU. retiró una invitación al primer ministro georgiano Irakli Kobakhidze para asistir a una recepción organizada por el presidente Joe Biden durante la Asamblea General de la ONU el mes pasado.
El camino de Georgia hacia la adhesión a la UE se ha visto efectivamente paralizado este verano en medio de estos acontecimientos, lo que supone un importante revés en sus aspiraciones de unirse a la Unión Europea.
Reuters contribuyó a este artículo.
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