Bruselas, 1 feb (.).- El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, defendió hoy que la regulación fiscal para las empresas colaborativas, similares a la de transporte privado Uber, debe asegurar un "equilibrio" para no crear perjuicio a los negocios tradicionales ni barreras en el mercado interior.
"No es una cuestión de ser pro o anti 'uberización' de la sociedad, sino de que necesitamos un equilibrio, porque si este sector no paga impuestos se produciría una erosión de la base imponible que haría sufrir a los modelos de negocio tradicionales", dijo Moscovici en una conferencia sobre fiscalidad organizada por el Centro de Política Europea.
El comisario defendió que es necesario garantizar que la economía colaborativa "no es un simple cambio en la mano de obra hacia nuevas formas de trabajo con menos protección social".
En este sentido, el político francés aseguró que la Comisión Europea está siguiendo el desarrollo de estas formas de negocio colaborativo para asegurar que "no mina los sistemas fiscales nacionales" así como que las regulaciones nacionales creadas para ellos "no crean obstáculos en el mercado interior".
Moscovici subrayó que estos nuevos modelos de negocio, así como las nuevas tecnologías y modelos de consumo, crean oportunidades de empleo y crecimiento económico, y consideró que "es necesario comprometerse con todos los actores" para garantizar que explotan estos beneficios.
En este contexto, el comisario instó a utilizar la tecnología para mejorar la eficacia y transparencia de los sistemas fiscales y, en particular, abogó por que las administraciones públicas hagan uso de herramientas como el "big data" -inteligencia de datos- que ya explotan las compañías privadas.
"La tecnología es un aliado para descubrir el fraude y la evasión fiscal y debemos desencadenar todo su potencial", dijo Moscovici, quien destacó los importantes avances en transparencia y lucha contra el blanqueo de dinero hechos recientemente.
En este sentido, dijo, los escándalos como Panamá Papers y Bahama Leaks -sobre la actividad en paraísos fiscales- o LuxLeaks -sobre los pactos fiscales concedidos por Luxemburgo a multinacionales- contribuyeron a un "cambio de actitud" de los Estados miembros de la Unión Europea (UE).
"Antes tardábamos entre cinco y siete años en no tener ninguna decisión y ahora tardamos entre cinco y siete meses en tomarlas", afirmó el comisario, quien subrayó que en los últimos meses los países aprobaron rápidamente la directiva contra la evasión de capitales o las normas para que los países compartan información sobre sus pactos fiscales con multinacionales.
No obstante, el comisario anticipó que los países, que tienen la última palabra sobre cualquier medida fiscal, opondrán "resistencia" a otras propuestas como la Base Común Consolidada del Impuesto de Sociedades o la reforma del IVA que se presentará en la segunda mitad del año.
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