Por Blanca Rodríguez
MADRID (Reuters) - El líder socialista, Pedro Sánchez, y el de Podemos, Pablo Iglesias, escenificaron el miércoles un intento de acercamiento en el que este último llegó a autoexcluirse de un hipotético Gobierno conjunto para facilitar un acuerdo, pese a que ambos abrirán el diálogo con objetivos dispares.
Sánchez llegó a afirmar a la salida de la reunión de dos horas que veía más cerca la posibilidad de formar un Gobierno que de nuevas elecciones, aunque acabó reconociendo que el pacto a tres que pretende, que incluiría a socialistas, Podemos y Ciudadanos (C's), era "casi imposible", al igual que la posibilidad de un Ejecutivo tripartito.
"O hay un Gobierno de cambio o hay elecciones (...) Hoy hay una esperanza, veremos en qué se puede materializar", dijo Sánchez en una rueda de prensa en la que pareció ir moderando su optimismo pese a insistir en que era una gran noticia que Podemos hubiera aceptado participar en una negociación a tres.
La nueva ronda de conversaciones, para la que ni siquiera hay fecha de inicio, se producirá en el "tiempo de descuento" en palabras de Sánchez, al acercarse la fecha tope del 2 de mayo que tienen los partidos para pactar un Gobierno y evitar que los españoles vuelvan a las urnas el 26 de junio.
Los líderes de los dos grandes partidos de la izquierda española constataron una nueva disposición al diálogo tras la tensa relación entre ambos durante los más de tres meses transcurridos desde las elecciones generales que dejaron un Congreso fragmentado.
IGLESIAS SE APARTA
Sin embargo, el líder socialista reafirmó el acuerdo firmado con el partido de Albert Rivera como base de la negociación con Iglesias, y dijo que cualquier acuerdo de Gobierno debía tener el sí de C's, pese a ser uno de los grandes escollos en la relación entre PSOE y Podemos.
Pablo Iglesias dejó claro en una comparecencia anterior que Podemos no estaba dispuesto a apoyar ni a abstenerse a un eventual Ejecutivo de PSOE y C's, y basó su opción de Gobierno en que sea el partido de Albert Rivera el que permita desbloquear la situación y deje gobernar a las izquierdas.
"Saludamos la buena relación del Partido Socialista con Ciudadanos y pensamos que puede servir para que C's permita por activa o pasiva un Gobierno de coalición", dijo Iglesias, tras sorprender al anunciar que renunciaba a ser el vicepresidente de Sánchez.
"Si para que haya un Gobierno a la valenciana en España y de coalición progresista mi presencia en ese gobierno es una dificultad para el partido socialista, estoy dispuesto a ceder y a no estar en ese gobierno", dijo, señalando que encabezaría el grupo negociador de Podemos.
Sin embargo, lejos de servir para facilitar la negociación con Sánchez, pareció que la afirmación constataba una discrepancia más entre ambos, ya que el líder socialista desmintió lo que había dicho poco antes Iglesias sobre el "rechazo" que había en el seno del PSOE a que estuviera en un eventual Gobierno.
Sánchez dijo que en su partido "no hay vetos", que "él se propuso solo y él se excluye solo", aunque llegó a afirmar que "se sintió atacado" cuando Iglesias propuso en febrero ser su vicepresidente.
Para completar las discrepancias a la hora de abordar las difíciles negociaciones para formar Gobierno, C's pidió posteriormente adherir al Partido Popular de las conversaciones, pese a que Sánchez dejó claro en que ningún caso se planteaba una "gran coalición" ni negociar con los conservadores.