Lisboa, 20 ago (EFE).- El Tesoro portugués colocó hoy 1.000 millones de euros en títulos de deuda a tres y doce meses, el máximo del montante previsto, a unos intereses más bajos que las anteriores subastas con los mismos vencimientos.
Según los datos del organismo oficial, se vendieron 800 millones de euros en letras de un año a una tasa del 0,21 %, lo que rebajó en casi la mitad la anterior del 0,45 % realizada en julio pasado.
Los restantes 200 millones de euros se subastaron a tres meses con un interés del 0,097 %, también por debajo del 0,18 % registrado en la emisión homóloga predecesora, que se remonta a junio.
El éxito de la operación despeja las dudas sobre el impacto en la estabilidad de la deuda soberana tras las turbulencias financieras generadas por el colapso del Banco Espírito Santo (BES), el tercer mayor banco privado del país que fue intervenido el pasado 3 de agosto.
"Los inversores internacionales supieron separar la deuda pública de la crisis en el Grupo Espírito Santo, que tanto afectó a los mercados accionistas", afirmó en una nota el analista de XTP Portugal, Steven Santos.
La media ponderada de los intereses pagados en la subasta de hoy son los más bajos desde que se crearon estos títulos del Tesoro portugués en el año 2003.
En esta ocasión, la demanda superó a la oferta en casi dos veces en los títulos a doce meses (1,79 veces) y la triplicó en el plazo a tres meses (3,35 veces).
En la anterior subasta del 16 de julio, el Tesoro portugués colocó un montante superior, de 1.250 millones de euros, pero tuvo que pagar una décima más de interés en las letras de un año en comparación con la venta anterior.
La agencia estatal prevé otra subasta de deuda a corto plazo a mediados de septiembre y no descarta una emisión de obligaciones a largo plazo con apoyo de un sindicato bancario.
La mayor confianza de los inversores en la deuda portuguesa se produce a unos días de que se divulgara un aumento del 0,6 % del PIB portugués en el segundo trimestre del año, que contradijo junto a España el frenazo económico en la Eurozona.
Portugal empezó este año con una caída progresiva de los intereses de su deuda en el mercado secundario hasta mínimos históricos, después de tres años en recesión y bajo asistencia financiera internacional.
En mayo pasado, el Gobierno cerró con éxito el programa de ayuda externa de la UE y el Fondo Monetario Internacional y desde entonces depende de sí mismo para financiarse en los mercados.