San Juan, 28 mar (EFE).- Gobierno, Legislativo y oposición rechazaron hoy de forma rotunda una junta de supervisión fiscal sobre Puerto Rico que el Partido Republicano en el Congreso de EE.UU. valora acompañe a una normativa para la reestructuración de la millonaria deuda de la isla caribeña.
"La junta vendría a sustituir al Gobierno electo y a sobreponerse a la democracia", dijo en tono grave en conferencia de prensa el gobernador puertorriqueño, Alejandro García Padilla, que durante más de media hora insistió, una vez tras otra, en la necesidad de unidad para llevar un mensaje claro ante el Congreso estadounidense contra esa junta.
El periódico "The New York Times" publicó en su edición del pasado jueves que la mayoría del Partido Republicano en el Congreso prepara legislación para que Puerto Rico pueda reestructurar una deuda impagable que ronda los 72.000 millones de dólares, pero que aparejada a esa normativa se incluirá una junta de supervisión fiscal.
La información del periódico neoyorquino está basada en la "filtración" del borrador en el que trabajan los congresistas estadounidenses, que señala que esa junta supuestamente contará con supervisión total sobre el Gobierno y Legislativo puertorriqueños en cualquier asunto de índole económico y financiero.
"De acuerdo al borrador el precio es demasiado alto", resaltó García Padilla, para dejar claro que aunque Puerto Rico necesita legislación que permita reestructurar su deuda no puede ser a cambio de lo que entiende es, prácticamente, entregar a Washington la soberanía nacional.
El jefe del Ejecutivo recordó que desde el Congreso "tratan de vincular el problema de Puerto Rico a soluciones dadas a ciudades", lo que, matizó, "no es aplicable a una jurisdicción completa" como es la isla caribeña, que se define como un Estado Libre Asociado a EE.UU.
García Padilla aclaró que en el pasado el Congreso estadounidense, ante problemas del pago de deudas públicas en el caso de urbes, dio como solución alternativas como la que ahora pretende para Puerto Rico, pero que una ciudad no es un Estado Libre Asociado, dotado de la soberanía que le confiere una constitución propia.
"La junta de supervisión no puede cargarse la democracia puertorriqueña", insistió García Padilla, tras asegurar que se debe trabajar para que el Congreso estadounidense enmiende el borrador actual y se apruebe "como lo necesita Puerto Rico".
El jefe del Ejecutivo dejó claro que ese organismo que se trata de imponer desde Washington a sus ojos no es más que "una junta que sustituye al Gobierno de Puerto Rico", que como dijo en tono didáctico "establecerá el precio de los peajes de las carreteras, matrículas universitarias o decidirá el despido de funcionarios".
Por ello, invitó a todos los agentes sociales de Puerto Rico, incluidas oposición y patronal, a que formen un frente común que muestre su rechazo conjunto a Washington ante una medida que según aseguró "retrocede al siglo XIX".
El representante -sin voto- de Puerto Rico ante el Congreso y presidente del opositor Partido Nuevo Progresista (PNP), Pedro Pierluisi, declaro que siempre ha tenido la mejor disposición a reunirse con todo aquel que aporte una solución para los problemas de Puerto Rico.
El presidente del Senado de Puerto Rico, Eduardo Bhatia, dijo que el borrador del Congreso que prepara la junta de control fiscal utiliza "un lenguaje inaceptable para la isla caribeña y Estados Unidos", país este último que dijo es "una sociedad que se llama a sí mismo democrática".
"El lenguaje que se ha incorporado en el borrador es del siglo XVIII", sostuvo, además de subrayar que establece que la cámara que encabeza tendría que someter cada ley aprobada a esa junta.
En la misma línea, el presidente de la Cámara de Representantes local, Jaime Perelló, dijo que el borrador "es un golpe al sistema democrático establecido" en Puerto Rico por su Constitución.
El candidato por el gobernante Partido Popular Democrático (PPD) a las elecciones generales de noviembre de 2016 - tras el anuncio de García Padilla de que no se presentará a los comicios -, David Bernier, dijo sobre la propuesta del Partido Republicano en torno a la crisis fiscal que no atiende el problema que enfrenta la isla y es un insulto al pueblo de Puerto Rico.
Bernier adelantó que combatirá la implantación de una junta de control fiscal, que a su entender busca "la humillación de un pueblo".