Arantxa Iñiguez
Fráncfort (Alemania), 9 mar (EFE).- El Banco Central Europeo (BCE) se mostró hoy satisfecho tras comenzar a comprar grandes cantidades de deuda pública de la zona del euro para impulsar el crecimiento y la inflación de la región y no tiene un plan B porque está convencido de que el programa va a funcionar.
La cantidad mensual de compra de deuda pública y privada será de 60.000 millones de euros hasta finales de septiembre de 2016, si bien el BCE puede prolongar el programa si la inflación no se acerca al 2 %.
Hasta ahora el BCE ha comprado deuda privada, bonos garantizados (cédulas) y bonos de titulización por un valor mensual de 13.000 millones de euros.
Por lo que, si mantiene este ritmo, el volumen del programa de compras del sector público será de unos 47.000 millones de euros, según fuentes del BCE.
A su vez, un 88 % del total de compras de deuda del sector público serán bonos soberanos y de agencias y el 12 % restante de instituciones de la UE.
El Banco de España y el Banco de Francia serán los encargados de realizar las compras de los bonos de la UE.
Serán los bancos centrales nacionales los que lleven a cabo las compras descentralizadas, pero coordinadas, por el BCE y en caso de que se produzcan pérdidas, el 80 % las asumirá el banco central nacional y el 20 % restante el BCE.
Cada banco central nacional comprará deuda soberana sólo de su propio país en la misma proporción a su participación en el capital del BCE.
La cuota de capital del Bundesbank en el BCE es del 25,7 %, del Banco de Francia del 20,3 %, de la Banca d'Italia del 17,6 %, del Banco de España del 12,6 % y del Nederlandsche Bank de Holanda del 5,7 %.
El resto de países de la eurozona aportan el 18 % restante al capital del BCE, que coordina las compras y no ve problemas de oferta.
El BCE compra bonos soberanos a los grandes bancos con un vencimiento de entre 2 y 30 años, con grado de inversión, y con una rentabilidad negativa máxima del -0,20 %, porcentaje al que se sitúa actualmente su tasa de interés de depósito.
Actualmente se da la circunstancia de que la deuda alemana tiene rentabilidad negativa en algunos vencimientos, por lo que el Bundesbank podría incurrir en pérdidas con algunas compras.
El programa de compra de bonos del BCE va a obligar a elegir entre bonos con vencimientos más largos o "descender por el espectro del crédito para asegurar retornos", opina el director de Tipos de interés y estrategia de Aviva Investors, Charlie Diebel, según ha informa EFE-Dow Jones.
Añade que los bonos con vencimientos más largos, como los que tienen una calificación crediticia más baja, se consideran de mayor riesgo y, por tanto, tienden a ofrecer rentabilidades más altas.
La Finanzagentur (el Tesoro alemán) ha emitido en lo que va de año deuda por valor de casi 31.868 millones de euros, a una tasa de interés media del 0,00628 %.
Sólo las emisiones de deuda alemana a cinco, diez y treinta años tienen este año una rentabilidad media positiva.
La rentabilidad media de la deuda alemana a cinco años ya llegó a terreno negativo a finales de febrero (-0,08 %).
El programa de expansión cuantitativa ha arrastrado a la baja la rentabilidad de los bonos soberanos alemanes a diez años hasta 0,336 %, frente al 0,402 % del viernes.
Asimismo, la rentabilidad de la deuda soberana italiana a diez años ha caído a 1,274 %, desde los 1,323 % del viernes, y la española al 1,197 %, desde el 1,242 %.
El presidente del Instituto de Investigación Económica alemán (Ifo), Hans-Werner Sinn, dijo hoy que "el argumento a favor de la compra de deuda es sólo un pretexto porque no hay deflación en la zona del euro, sino una caída coyuntural muy bienvenida del precio del petróleo".
"Además, el programa alivia a los Estados el endeudamiento con la máquina de imprimir dinero, algo que está prohibido", según Sinn.
El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, se ha manifestado con frecuencia de forma crítica respecto al programa y advertido de sus riesgos.
Pero el Bundesbank compró en 1975 bonos públicos por valor de 7.600 millones de marcos, entre los que había bonos soberanos, de la compañía Deutsche Post y de Deutsche Telekom (XETRA:DTEGn), en un momento en que la demanda privada para bonos a largo plazo había bajado mucho.
Esta cantidad equivalía al 1 % del PIB de Alemania y en ese momento las perspectivas de crecimiento se deterioraban, según el banco BNP Paribas.
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