Madrid, 20 feb (.).- Representantes de la producción agraria, la industria agroalimentaria, la distribución y la hostelería han iniciado de forma conjunta una ronda de contactos con el Gobierno y los grupos parlamentarios para trasladarles su oposición a nuevas subidas de impuestos que afecten al consumo.
Fuentes del sector han confirmado a Efe que ya ha habido una reunión con el secretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya, y con portavoces del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso para transmitirles dicha posición, a la que se sumarán sucesivos encuentros con responsables de otros partidos.
Encima de la mesa están su rechazo a un hipotético aumento de los tipos del IVA -como han recomendado en diferentes ocasiones Bruselas y el FMI- y a cualquier nueva tasa planteada en el ámbito autonómico que pueda "romper la unidad del mercado", en alusión al impuesto sobre el azúcar que prepara Cataluña o el nuevo sistema de reciclaje de envases que se propone desde la Comunidad Valenciana.
De acuerdo con estas mismas fuentes, también se ha tratado en estos encuentros su desacuerdo con el impuesto sobre los refrescos que ya prepara el Ejecutivo, con el que Hacienda prevé recaudar 200 millones de euros a través de esta tasa ya en 2017.
Con esta ronda de contactos, el sector agroalimentario pretende sensibilizar a los responsables públicos del impacto negativo que tendría en el consumo cualquier nuevo incremento de la presión fiscal.
Además de aportar estudios propios y estimaciones sobre cuáles serían las consecuencias de este tipo de medidas, alegan que la subida del IVA de 2012 -aprobada en medio de la crisis- retrasó la recuperación del consumo alimentario entre ocho y doce meses, respecto a otros sectores.
En estas reuniones participan miembros de Cooperativas Agroalimentarias, FIAB, Promarca, Aecoc, Anged, ACES, Asedas, CEC, FEHR y Marcas de Restauración, que ya se unieron en 2014 para defender una posición común frente a la reforma fiscal en la que por aquel entonces trabajaba el Gobierno.
Las fuentes consultadas han apuntado que, pese a estar en un momento de recuperación, el crecimiento en alimentación es positivo pero limitado, por lo que cualquier aumento de precio derivado de una subida impositiva podría perjudicar los niveles de consumo.
En este sentido, han incidido en la importancia del sector para el turismo, considerado uno de los motores económicos del país.