Nueva York, 31 ene (EFE).- Un empleado de la empresa de productos y servicios fotográficos Eastman Kodak presentó una demanda contra el consejo de administración de la compañía por las pérdidas que ocasionará a los planes de jubilación de la plantilla la suspensión de pagos anunciada el pasado 19 de enero.
La demanda, presentada el viernes ante el Tribunal Federal del Distrito Sur de Nueva York y que se puede consultar hoy en el registro electrónico judicial, exige a los directivos de la firma que compensen por esas pérdidas a los empleados y devuelvan todos los beneficios que obtuvieron al invertir su dinero en esos planes.
El demandante, Mark Gedek, afirma en el texto de la denuncia que los ejecutivos de Kodak, entre ellos su actual consejero delegado, el español Antonio Pérez, "sabían o tenían que haber sabido que las acciones de la empresa no eran una inversión prudente" a medida que se acercaba la bancarrota.
Gedek sostiene que el fondo de pensiones de la compañía estaba en peligro "por la fuerte inversión en títulos de la firma que iban a resultar en pérdidas" puesto que Kodak ya se encontraba en una grave crisis financiera.
Sin embargo, el consejo de administración, cuyos miembros son titulares de grandes paquetes de acciones, optó por mantener los fondos con acciones para que no perjudicar el valor de sus propios títulos y sus ingresos, añade el trabajador en su demanda.
Esa decisión llevó a que los empleados perdieran "decenas de miles de dólares" de sus planes de jubilación, alega Gedek.
Kodak, fundada en 1888, se declaró el pasado 19 de enero en suspensión de pagos para reorganizar su negocio, que en los últimos años se había visto perjudicado por la pérdida de relevancia de la fotografía tradicional frente al formato digital, y tras más de un siglo dejó de cotizar en Wall Street.
Mientras dure la bancarrota, la empresa con sede en Rochester (Nueva York) seguirá luchando para obtener ingresos mediante la venta de patentes y se ha comprometido a continuar pagando deudas a clientes y salarios a trabajadores, al menos en Estados Unidos. EFE