Atenas, 2 jul (EFE).- El primer ministro griego, Alexis Tsipras, recalcó hoy que el Gobierno no va a aceptar recortes en el gasto de Defensa, reafirmando con ello la marcha atrás que ha dado en esta cuestión en la negociación con los acreedores.
"Yo personalmente, y tampoco el ministro de Defensa, vamos a aceptar recortes (en Defensa), reducciones que están diseñadas a crear nuevas desigualdades dentro de la sociedad, y en particular no aceptaremos reducciones de las retribuciones del personal de las Fuerzas Armadas", dijo hoy Tsipras ante oficiales del ejército.
Tsipras recalcó que son cuestiones que afectan a la "esencia de nuestra soberanía nacional", y añadió que, "a pesar del hecho de que estamos en una dificultad económica sin precedentes, debemos mantener este núcleo de nuestra soberanía".
El líder izquierdista añadió que será el Gobierno quien decidirá dónde está dispuesto a hacer los recortes presupuestarios.
Tsipras hizo estas declaraciones junto al ministro de Defensa y líder de los nacionalistas Griegos Independientes, Panos Kamenos, quien, según aseguran hoy varios medios locales, le habría presionado para retirar su concesión a las instituciones (Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional) de recortar en 200 millones de euros el gasto en Defensa en 2016, y en 400 millones al siguiente año.
En una carta dirigida el pasado martes a los líderes de las instituciones, Tsipras aceptaba la mayoría de sus últimas propuestas y matizaba algunas de las medidas, entre ellas, el ahorro en Defensa.
Las instituciones exigen que Grecia ahorre 400 millones de euros a partir de 2016, y en principio el Gobierno de Tsipras ofrecía 200 millones.
Hasta antes de la crisis Grecia era el segundo Estado miembro de la OTAN que proporcionalmente más dinero gastaba en Defensa (3,1 % de su PIB), sólo por detrás de EEUU, desembolso que todos los Gobiernos han justificado en las complicadas vecindades que tiene el país, pero sobre todo en la histórica enemistad con Turquía.
Aunque ha reducido este monto hasta el 2,1 % de su PIB, sigue siendo uno de los países europeos con mayor gasto militar.