Indira Guerrero
Caracas, 17 dic (.).- Por segundo día consecutivo los venezolanos afrontaron la crisis de superar el día sin dinero en efectivo después de que el billete de 100 bolívares, el de mayor circulación, fuera apartado sin poder de pago y en medio un duro racionamiento de la moneda de menor denominación.
En esta jornada se registraron varias protestas en el interior de Venezuela, donde, especialmente en las zonas rurales, los métodos de pago distintos al efectivo son de difícil acceso.
En el estado Bolívar, una de la principales zonas mineras en el sur del país y fronterizo con Brasil, las autoridades informaron de varias protestas y saqueos en comercios por falta de dinero circulante para hacer las compras.
El gobernador de ese estado, el chavista Francisco Rangel Gómez, aseguró que 135 han sido detenidas por actos violentos, y anunció que se ha redoblado el despliegue de funcionarios de seguridad.
Los manifestantes han atacado sedes de poderes públicos en ese estado, según Rangel Gómez, que acusa a la oposición de promover estas acciones.
Varios comercios en Bolívar y en otros estados del país evitaron abrir sus puertas para protegerse de posibles ataques.
Las autoridades de Bolívar han decidido coordinar con los comerciantes que puedan recibir el billete de 100 bolívares como forma de pago pese a que perdió su poder de pago el martes y los comercios debían dejar de recibirlo el jueves pasado, cuando venció el pazo para que pudieran ser depositados en la banca privada.
El alcalde del municipio Sifontes del estado Bolívar, el opositor Carlos Chancellor, informó de que esa localidad fue declarada en emergencia por las protestas, la violencia y los saqueos a los comercios, que, dijo, causaron pérdidas "millonarias" a los empresarios.
Mientras tanto, en Caracas, donde se asienta la sede principal del Banco Central de Venezuela (BCV), la única institución que hasta el próximo martes canjeará los billetes que no lograron ser cambiados en la banca privada durante las primeras 72 horas, se han formado filas de cientos de personas que incluso desde la madrugada aguardan su turno para ser atendidos.
El BCV abrió 150 taquillas en Caracas que operarán durante 24 horas desde hoy y hasta el martes para que los venezolanos puedan depositar sus billetes de 100 bolívares.
El Gobierno informó en un comunicado difundido al inicio de la jornada de que esas taquillas, dispuestas solo en la capital, "estarán abiertas las 24 horas del día, todo el fin de semana y hasta el martes 20 de diciembre, con prioridad para nuestras adultas y adultos mayores".
Asimismo, exigió la supresión "inmediata" del billete de 100 bolívares en los cajeros automáticos de la red bancaria nacional que siguieron siendo dispensados en los últimos días pese a que fue sacado de circulación.
El Gobierno venezolano reiteró "la gratuidad" de los servicios de red transporte público gubernamental hasta el próximo martes, así como la exoneración del pago a vehículos de carga en peajes hasta el 15 de enero de 2017, atendiendo a la escasez de efectivo y el periodo de canje.
En Caracas la mayoría de los cajeros no dispensan billetes de ninguna denominación, y los bancos pagan en taquilla solo hasta 10.000 bolívares por personas, un monto que alcanzaría, por ejemplo, para comprar unas 15 barras de pan.
Los venezolanos han estado a la espera de que entre en circulación una nueva familia de billetes, con denominaciones de 500, 1.000, 2.000, 5.000. 10.000 y 20.000, y de monedas de 10, 50 y 100 bolívares, anunciada por el Ejecutivo venezolano para el pasado 15 de diciembre aunque hasta el momento ninguna entidad ha distribuido los billetes.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció hoy que la razón por la que la familia de nuevos billetes, que debió entrar en circulación el pasado día 15, no han llegado al país es un "sabotaje internacional" para afectar la economía venezolana.
El jefe de Estado aseguró, sin embargo, que, pese al supuesto sabotaje, su Gobierno está "aligerando" la entrada del papel moneda con las nuevas denominaciones que serán de curso legal.
La decisión de reemplazar las antiguas monedas, que circulan desde 2008, trata de afrontar la inflación y facilitar el manejo de efectivo que durante los últimos años se había vuelto engorroso por los grandes volúmenes de billetes necesarios para hacer pagos simples en efectivo.